Page 23 - Newsletter Mayo
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Una vez que el dispositivo ha cumplido su cometido, se desprende del

         animal y sube a la superficie, donde transmite toda la información vía
         satélite.



         Sin embargo, los mares no son la única área de trabajo de estas tecnologías
         de teledetección, que no necesariamente deben ocupar una órbita espacial.

         Uno de los proyectos más prometedores es la utilización de globos
         aerostáticos. De esta forma, el proyecto Loon, centrado en proporcionar

         Internet a zonas sin cobertura gracias a una red de globos aerostáticos de
         superpresión está integrando IA en sus aparatos. El dispositivo, alimentado
         por medio de energía solar, utiliza un histórico de datos sobre dirección y

         fuerza del viento y aprende gradualmente a encontrar su altura óptima.



         Los impulsores del proyecto, que ya ha realizado sus primeras pruebas con
         éxito, apuntan a las numerosas aplicaciones. Además de su uso para las
         telecomunicaciones, podrán monitorizar el derretimiento del permafrost,

         la calidad del aire en las ciudades, el estado de zonas boscosas y las
         migraciones animales entre otras cosas.
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