Page 50 - Un mundo infeliz de Darwin al neoliberalismo Book
P. 50

 50
olvidar que el propio Darwin en The Descent of Man acepta que la selección natural no es la única fuerza evolucionaria. Actúan también el ambiente, los hábitos, y, desde luego, la selección ar^ficial.61
Bien se puede decir, entonces, que desde fines del siglo XIX el capitalismo se ha impuesto en el plano ideológico a costas de sobreexplotar una idea falsa, o en el mejor de los casos una idea inexacta: la doctrina de la selección natural darwiniana, conver^da en ^empos neoliberales en la doctrina del mercado.
Velada o confesamente el darwinismo funciona como la ideología invisible que regula las polí^cas, los procesos de selección de personas y de asignación de recursos en las sociedades neoliberales. Es el tamiz discursivo que filtra el ingreso de la gente a la escuela, a la universidad, al empleo, la empresa, a las innovaciones, siempre en busca del “más compe^^vo”, del “más empleable.” Regula quién ingresa y quién sale del mercado, el acceso a los puestos del servicio público, la competencia entre los par^dos polí^cos, las campañas electorales. Sirve también para decidir a quiénes se otorgan a los recursos naturales, a qué inversionistas se prefieren, y pone las metas que deben esmerarse en conseguir los países para ser más “compe^^vos” y atraer a los inversionistas transnacionales.
A nivel internacional el darwinismo alienta no solo la competencia sino la rivalidad entre los estados, el recelo
61 Charles Darwin (1871, pp. 152-153).
 




























































































   48   49   50   51   52