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VELASCO Y LA INDEPENDENCIA NACIONAL • La RevoLución continúa
Sin embargo, lo esencialmente importante en la exposi- ción de nuestro futuro sistema económico y más particu- larmente en relación con el sector de propiedad social, es la priorización de un tipo determinado de relaciones entre el capital y el trabajo. En efecto, la hegemonía del citado sector expresa una concepción según la cual el trabajo asociado es la base de la riqueza acumulada, el capital es el instrumento del trabajo, los trabajadores tienen una relación directa con el producto de su trabajo y organizan y deciden sobre las condiciones básicas de su existencia, que son las condiciones de organización del trabajo, y sobre el destino de la riqueza generada. Este planteamiento es claramente superior y cuali- tativamente distinto a la propiedad privada y a la propiedad estatal. En estos dos sistemas, si bien se cambian los titulares del capital (en un caso son los propietarios privados y en el otro es el Estado), la relación de subordinación del trabajo respecto del capital se mantiene intacta. Es cierto que en el sistema de propiedad estatal el titular del capital socializa los excedentes (luego de asegurar un estatus económico-so- cial diferenciado para la burocracia administradora) y asu- me la propiedad en nombre de la sociedad. Pero también es cierto que la posesión del capital y el monopolio de la deci- sión sobre el destino de los excedentes cristaliza una relación de dependencia de los trabajadores respecto de la concre- ta burocracia que “representa” a la sociedad sin intervenir esencialmente, por su trabajo, en la creación de la riqueza. En un sistema así, los titulares del trabajo no organizan las condiciones de su trabajo, no deciden sobre el destino del ex- cedente y mantienen una objetiva condición de asalariados respecto, ahora, de una burocracia que adquiere un estatus económico-social diferenciado por la administración de los bienes que los colectivos de trabajadores crean, cotidiana- mente. Considerada en estos términos, Ia propiedad estatal es una nueva modalidad de la relación de subordinación del trabajo respecto del capital.
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