Page 74 - Para el buen gobierno de los pueblos
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81. La sal y las cosas comunes
"La sal que se hacía, así de las fuentes salobres como del agua marina, y el pescado de los ríos, arroyos y lagos, y el fruto de los árboles nacidos de suyo, el algodón y el cáñamo, mandaba el Inca que fuese común para todos los naturales de la provincia donde había aquellas cosas, y que nadie en particular las aplicase para sí, sino que todos cogiesen lo que hubiesen menester, y no más. Permitía que cada uno en sus tierras plantase los árboles frutales que quisiese y gozase de ellos a su voluntad”. (234)
82. Equidad en la distribución de la tierra para el auto sostenimiento
"Las tierras de pan y las que no eran de pan, sino de otros frutos y legumbres que los indios sembraban, repartía el Inca en tres partes: la primera para el Sol y sus templos, sacerdotes y ministros; la segunda para el patrimonio real, de cuyos frutos sustentaban a los gobernadores y ministros regios, que andaban fuera de sus patrias, de donde también se sacaba su parte para los pósitos comunes; la otra tercera parte para los naturales de la provincia y moradores de cada pueblo. Daban a cada vecino su parte, la cual bastaba a sustentar su casa.”
“Este repartimiento hacía el Inca en todas las provincias de su Imperio, para que en ningún tiempo pidiesen a los indios tributo alguno de sus bienes y hacienda, ni ellos fuesen obligados a darlo a nadie, ni a sus caciques ni a los pósitos comunes de sus pueblos ni a los gobernadores del Rey ni al mismo Rey ni a los templos ni a los sacerdotes, ni aun para los sacrificios que hacían al Sol; ni nadie pudiese apremiarles






























































































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