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ham, podría parafrasearse así: “¿recompensa?, no me hables
de recompensa si todavía no tengo un hijo.” Dios le dijo a
Abraham que contara las estrellas, si podía contarlas, por-
que así sería el número de sus descendientes. Pero, ¿cómo
se esperaría que Abraham respondiera a Dios? Simplemente
responder con obediencia. Sin embargo, la Escritura dice
que Abram creyó a Dios y eso le contó por justicia. ¿Qué
forma tomó la creencia de Abraham? La de obediencia, pues
así fue como él manifestó su creencia.
Nosotros tenemos que recordar que las misericordias de
Dios son seguras. Por ello, es interesante notar que la Biblia
dice que Abram le creyó a Dios y no en Dios. Inicialmente la
respuesta de Abraham estaba controlada por su conocimien-
to finito de esta situación, lo que él podía ver y experimentar,
y no en el carácter revelado y la dignidad de la confianza de
Dios. Todo lo que tenía que ocurrir era creer a la Palabra
de Dios, ¿no es verdad que nosotros tenemos que hacer lo
mismo?
Ahora bien, que pasaría si Abram hubiese hecho esta pre-
gunta a Dios, ¿qué prueba me das o cómo sé que eso
ocurrirá? Acaso, ¿Dios lo habría justificado al
responder así? Evidentemente no. Dios tam-
poco dijo: “Sabrás porque yo lo dije” o “si no
me escuchas, yo buscaré a alguien más”. Dios
no lo habría justificado si lo hubiera hecho de
esa manera, y afortunadamente no fue lo que
Dios decidió hacer con Abraham. Dios fue fiel a
sus promesas y a sus planes. En los mismos tér-
minos, debemos estar contentos con los que Dios
hace, pues el mismo ha dicho: “…No te desamparare, ni
te dejare.” (He.13:5).
Por otro lado, en respuesta a la pregunta de Abraham, ¿En
qué conoceré que la tengo de heredar? O, ¿cómo podría sa-
ber? Dios ese mismo día hizo un pacto con Abraham. No-
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sotros lo traducimos en la Biblia que Dios hizo un pacto
pero en realidad Dios cortó un pacto. Por eso es que la
circuncisión es un corte de la piel. Es la señal de entrar en
pacto a la comunión con Dios. El significado real de la
circuncisión es entonces, que un hombre en su momen-
to más privado sabía a quién le pertenecía. Así que Dios
le dice a Abraham que vaya y traiga ciertos animales. Y
cuando dos personas cortan un pacto, ellos usan esos ani-
males que están prescritos (Gen. 15:9). Solían cortar los
animales justo a la mitad y pasaban por la mitad descalzos,
caminando entre la sangre del pacto. Pero, ¿cuál es el sig-
nificado de estos animales? Las dos partes decían el uno
al otro, “si yo falto a los compromisos de este pacto, tú me
harás a mí lo que nosotros le hicimos a estos animales”.
En otras palabras, “si yo no guardo mis promesas, tú me
puedes matar a mí”.
Ahora, ¿cuál es el significado de que Dios hiciera que
Abraham se quedará profundamente dormido y él cami-
nará sólo entre los animales? Que Dios no dejaría en ma-
nos de Abraham el cumplimiento de este pacto. Así que,
para que eso pudiera funcionar, como lo dice la carta a los
Hebreos: “…no pudiendo jurar por otro mayor, juro por sí
mismo”. Lo que Dios le está diciendo a la humanidad es:
“si yo no cumplo las promesas que hice, entonces que yo
deje de existir. Y, ¿cuál es el resultado de todo esto? Dios
se acordó de Sara como había dicho, y Dios hizo para Sara
como había prometido. Así que Sara concibió y dio un hijo
en su vejez. Fue en el tiempo que Dios había designado
que ocurriera. Puede que no haya sido el tiempo que Sara
tenía en mente, pero si fue en el tiempo de Dios.