Page 22 - BOLETÍN • SALUD Y GÉNERO EN CIFRAS 7.3
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          Para Dolto  la superabundancia o la falta de don emocio-  Kaplan  plantea que “el ideal de género coincide con el
          nal, por parte de uno de los miembros de la pareja o de los  narcisismo, pero puede oponerse a la salud mental o a la
          dos, procrea simbólicamente un ser capaz o no de conducir  sexualidad, o a la integridad”. Habla de las repercusiones del
          su destino. El niño varón requiere de la aceptación de una figura  modelo en un hombre adulto, pero este modelo se gesta en
          masculina por sentir una protección, disminuir su sensación  el infante. Del varón adulto vemos sus negatividades, las
          de desamparo y pérdida materna, de la desilusión de su frágil  juzgamos, o las analizamos, pero poca atención prestamos
          persona, los imperativos sociales de alta demanda, el tener  a lo que puede estar viviendo el niño varón al que, de mane-
          que saberse nuevamente reconocido por alguien que le han  ra masiva, se le va impregnando un modelo que poco tiene
          impuesto como ideal de ser, alguien que lo acompañe en or-  que ver con humanidad.
          ganizar su psique, le dé límites y disminuya su ansiedad. Al
          no darse esto, el niño varón entra en una desilusión mayor,  El  modelo  falocéntrico  crea  y  recrea  varones  narcisistas,
          nostalgia por un tiempo perdido y en desesperación absoluta.  pues construye niños egoístas y vengativos, resentidos por
          Su escasa figura le asusta ante un mundo adulto tan poco  lo que les fue quitado o negado. Lo anterior no es otra cosa
          empático con su dolor, un dolor que enloquece sobre todo  que la protección y el cariño amoroso de la confirmación de
          por el objeto perdido.                               la existencia, con ansiedades tormentosas, que la única ma-
                                                               nera de acallarlas es bajo la perversión del carácter. Kaplan
                                                                                                                 13
          Nasio  escribe al respecto: “Yo no sufro por la falta del otro,  daba cuenta de esto considerando que “el egoísmo nacido
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          sufro porque la fuerza de mi deseo está privada del excitan-  del pánico y la desesperación se transfiere más tarde al am-
          te que significa la sensibilidad de su cuerpo vivo; porque el  biente social global, donde el niño despojado y desatendido
          ritmo simbólico de esta fuerza está quebrado por la desapa-  se convierte finalmente en un adulto, que siente que el único
          rición del tiempo que escandían sus excitaciones; y además  modo de ser atendido consiste en morder, desgarrar, irrum-
          porque el espejo psíquico que reflejan mis imágenes se han  pir, destripar, romper, arrebatar, estafar, estar sin permiso...
          desmoronado por falta de sostén viviente en que se había  y todo con la sensación interior de tener derecho a hacerlo:
          transformado su cuerpo”. La lesión que provoca el dolor  ‘lo que no me dan, tengo derecho a tomarlo”.
          psíquico no es, por lo tanto, la desaparición física del ser
          amado, sino la perturbación interna engendrada por la des-  La distancia afectiva que impone el padre completa el círcu-
          aparición del fantasma del amado.                    lo perverso del modelo, tajantemente lo valida y cierra las
                                                               puertas a cualquier posibilidad de salvar a los niños varo-
          Así, está sufriendo el niño varón y el único que lo podría  nes, dejándolos a merced de la corrupción del carácter para
          salvar en este momento es el padre o alguna figura mascu-  poder hacer frente, desde temprana edad, con mínimas he-
          lina capaz de darse y de dejarse idealizar, para tener alguna  rramientas  psíquicas.  Algunos  teóricos  del  desarrollo,  los
          oportunidad de poseer una tranquilidad interna; esto daría  especialistas en la psique, hemos dado todo el peso a la re-
          paso a integrar un objeto total y domeñar la ansiedad para  solución del Edipo, hemos creído, de manera equívoca, que
          organizar y darle nombre a sus emociones, para no sentirlas  un desarrollo adecuado lleva consigo la heterosexualidad.
          como meras sensaciones viscerales y sin lugar preciso; igual-  Cuando esta visión está dada también desde el modelo im-
          mente, a que la descarga no sea exclusividad de la agresión  perante, que es miope a otra posibilidad, de muchas ma-
          o de la sexualidad, así, evitar el feroz narcisismo, tener una  neras también nosotros hemos contribuido a naturalizar el
          oportunidad de dar un giro a la construcción interna de un  modelo con signos de estereotipos, creyendo que la mujer
          ideal masculino más real, que implica la introyección de un  femenina y el varón masculino son signos de salud psíquica
          objeto real y no la de un fantasma, dando paso a otro tipo  y sexual, empeñándonos en reproducirlo, tratando de buscar
          de estructura psíquica, porque el ideal frecuente del género  en el cuidado materno los daños del adulto sin buscar en otras
          masculino entraña un narcisismo indestructible.      variables que escapan a los cuidados maternos y que en todo
                                                               caso, sólo reproducen mensajes subjetivos de maternidad y
                                                               de paternidad.












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            20      Género y Salud en CifraS                                                  2009
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