Page 22 - Colección mascaras Felipe Guhl

Junto a otros carnavales europeos, el sincretismo que surge en América
Latina durante la conquista y la colonización, proveyó los componentes
idóneos para muchas de las fiestas que se realizan en América Latina.
En Guatemala, el Baile de la Conquista, fue introducido por los monjes
Dominicos como estrategia para evangelizar a los nativos; en ella se
representa la batalla entre entre el español Pedro Alvarado y el guerrero
k’ich’e Tecún Umán, éste último terminando derrotado, por lo que su
sucesor acepta la conversión del pueblo indígena al cristianismo. Si bien
se trata de un baile de fuertes influencias europeas, los trajes de los
intérpretes poseen los colores y texturas de los textiles autóctonos de
los pueblos indígenas.
A lo largo de su carrera, los bailarines Topeng de Indonesia acumu-
lan un grupo de máscaras que solo ellos pueden usar y tocar, de no
ser así, los ancestros que las habitan desaparecen, como también sus
virtudes sobrenaturales. Adicionalmente, cuando su propietario fallece,
nadie puede alterar el lugar donde él dejó por última vez aquel objeto
sagrado. Japón y Korea, comparten la tradición de la elaboración de un
repetertorio muy específico en sus obras de teatro Noh y Hahae, respec-
tivamente. Cada máscara identifica a a sus personajes, exagerando los
rasgos propios del carácter, emociones, género e incluso edad de cada
uno, según lo relatan las decripciones de los mitos, cuentos o poemas
que representan.
Muchas de los festivales, carnavales, desfiles, bailes y demás artes vi-
vas que conocemos actualmente, son el resultado de una transforma-
ción que empezó como un medio ritual o ceremonial religioso, algunos
incluso pasaron del sacrificio real o el exorcismo a la teatralidad. La
• Colección Felipe Guhl • función inicial de estas ceremonias era evocar o invocar, darle una forma
visible y tangible a los personajes míticos y místicos, protagonistas de
su cosmovisión, cuya historia se perpetua con las demostraciones tradi-
cionales contemporáneas.

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