Page 32 - Desde los ojos de un fantasma
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Sara comenzó a desplazar su lápiz sobre la superficie del papel. Y así, Sara tuvo
listo el dibujo de Quito al cabo de unos instantes, antes de que la madre de Jairo
terminara su conversación precisamente con alguien que se encontraba en
aquella ciudad de vírgenes aladas e iglesias que estaban a punto de echarse a
volar.
Después, sacó una fotocopia del dibujo. El original fue para el niño que le había
descrito la ciudad, y pegó la copia en una de las paredes del Conversario, debajo
de un letrerito multicolor, diseñado por la misma Sara, que decía: “Ciudades
Habladas”.