Page 259 - 1.000 chistes para partirse de risa
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Un grupo de ancianitas va de excursión en un autocar del Imserso.
                Al  cabo  de  unas  horas,  una  de  ellas  le  ofrece  un  puñado  de

                cacahuetes  al  conductor,  que  acepta  encantado.  Unos  kilómetros
                más,  y  le  da  otro  puñado  de  cacahuetes,  hasta  que  al  final  el
                conductor le dice:

                —¡Los  cacahuetes  me  gustan  muchísimo,  señora!  ¡Pero  cuantos
                más cacahuetes como yo, menos quedan para ustedes!

                —Ah, no se preocupe —exclama la ancianita—, mis amigas y yo no
                podemos  masticarlos,  no  tenemos  unos  dientes  tan  buenos  como
                los suyos.
                —Ah,  entonces  ¿los  han  comprado  expresamente  para  mí?  —

                pregunta emocionado el conductor.
                —Bueno,  la  verdad  es  que  no...  —confiesa  la  señora—.  No

                podemos  masticarlos,  pero  como  son  saladitos,  los  chupamos...
                ¡eso sí que aún podemos hacerlo!




















                                       894. SOLUCIONES INFALIBLES

                —¡Doctor, doctor! ¡Todas las mañanas, cuando me despierto, nada

                más  levantarme  siento  un  fuerte  dolor  de  cabeza  y  me  desmayo!
                ¿Qué  puedo  hacer?  —le  pregunta  al  médico  un  ratón  bobo
                visiblemente preocupado.

                Y el doctor le responde sin pensárselo:
                —Muy fácil: ¡véndase la buhardilla y múdese a una casa con techos
                altos!
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