Una señora se está probando un vestido en una tienda de ropa.
—Oh —exclama la mar de contenta—, cuando me miro en este
espejo con este vestido, me veo más delgada.
—Muy bien —repone la dependienta satisfecha—. Entonces ¿se
queda el vestido?
—¡No! —responde la mujer—. ¡Lo que quiero es el espejo!