Page 59 - Ciudad Equis 1985

—¿Sabes cómo murió mi papá? —le preguntó Luis a Fernando el viernes 13 de
septiembre por la mañana. Estaban sentados en la banca cercana al metro. Perro
molestaba a los mismos pajaritos de siempre.

—No, pues no sé.

—¡¿Cómo no vas a saber?!

—Pues no sé, fue hace mucho, ¿no?

—Sí, fue hace mucho, pero mi mamá dice que salió en todos los periódicos.

—No me enteré.

—Mi papá era escalador de edificios.

—No lo sabía.

—El más famoso de México. Usaba un traje negro. Un traje como de araña
capulina.

—Está padre.

—Estaba… mi papá se cayó cuando escalaba la catedral.

—Lo siento.

—No te preocupes, así es la vida —respondió filosófico el pequeño, y enseguida
se levantó de la banca porque vio que su mamá ya se acercaba. Sin embargo,
antes de retirarse tuvo unas últimas palabras para su amigo:

—No se te olviden mis dos estampas.

—No te preocupes, tengo muy presente tu encargo. Nada más que va a tardar un
poco porque el lunes no se trabaja. Yo creo que para el miércoles o jueves.

La señora Jiménez ya estaba a unos pasos. Fernando la saludó con una sonrisa
tímida y ella contestó con solo cinco palabras y un guiño del ojo derecho.