Page 6 - Puerto Libre. Historias de migrantes
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Los elefantes y la memoria






               “LOS OBJETOS pueden estar más cerca de lo que aparentan.” Ya que los

               fabricantes de espejos laterales de coche tienen la decencia de notificarnos que
               las cosas no siempre se encuentran tan lejos como fingen estar, nosotros bien
               podríamos tatuarnos en el cerebro ese mismo letrero. Tal vez así tendríamos más
               cuidado antes de adentrarnos en los recuerdos que parecen hallarse a millones de
               años luz… pero solo lo aparentan. Aquello que se finge lejano, a menudo es lo
               más cercano a nosotros mismos.


               La memoria es un ente autónomo que, encima, llega sin avisar, por las puras
               ganas de hacerse presente.


               A veces un olor, otras un sonido. Pueden ser ciertos silencios. Los sucesos o los
               objetos más impensables, y más (aparentemente) casuales, le funcionan a ella. A
               la memoria.


               Si se trata de hacer un examen, la memoria decide tomarse el día libre. Cuando
               se busca en ella para recordar dónde quedaron las llaves, tiene puesto el cartel de
               “No molestar”. Pero, si se da el caso de que lo único que deseamos con todas
               nuestras fuerzas es olvidar, aunque sea solo un poco, la memoria se defiende
               como gato boca arriba.


               La memoria es un ente autónomo, pero se parece a nosotros mismos mucho más
               de lo que estamos dispuestos a reconocer.


               Los objetos de los que se vale la memoria pueden estar más cerca de lo que
               aparentan. Las cosas que mi recuerdo está usando para reconstruir esta historia
               se hallaban en el lugar más visible de todos. ¿Cómo se esconde un elefante en
               una cancha de futbol? Llenando la cancha de elefantes.


               Una tarde de viernes me descubrí llenando de elefantes la cancha de mi
               memoria, porque casi sin querer encontré el que estaba buscando.


               El 24 de agosto de 1988 mi papá tomó su maleta y se encaminó a lo
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