Page 82 - PRIMERA PARTE DE NUESTRO UNIVERSO Y LA TIERRA_Neat
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ante sus penetrantes ojos, la bóveda

          celeste que él contemplaba a través
           de la ventana: aquel firmamento
        estrellado tenía para él pocos secretos
          y en aquellos innumerables cuerpos
           celestes leía como en un inmenso
            libro abierto. Mas no siempre es
           agradable este privilegio porque
          ocurre, algunas veces, que aquello
           que está escrito en las misteriosas
         páginas de los astros no corresponds
            a Ios deseos y a los intereses de
              quienes tienen la llave para
        interpretar sus signos. De esta forma,
            Nostradamus leyó en la bóveda
          celeste un futuro doloroso para sí y
            para sus seres más queridos: la
          esposa y sus dos hijos serían pronto
        presas de la muerte y envueltos en las
        frías tinie blas de la tumba. Y cuando
            se cumplió puntualmente aquel
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