Page 83 - SEGUNDA PARTE DE LA CREENCIAS Y NO CREENCIAS DE LAS RELIGIONRD
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trágico vaticinio, Nostradamus,

         impotente, se vio obligado a aceptar
           la decisión de un destino que se le
         había dado a conocer, pero en el que
          no podía intervenir para detenerlo
         Entonces su vida se vio bruscamente
        trastornada y el sabio tuvo que pagar
         un duro y penoso tributo a la notoria
         fama de su nombre. Las crónicas de
          su vida nos dicen que viajó durante
           mu cho tiempo por lejanos países.
          En el año 1556, poco después de la
         primera edición de las siete primeras
        Centurias, Nostradamus se trasladó a
         Italia, y en Roma fue recibido por el
          Santo Padre. Durante este viaje se
             detuvo algún tiempo en Turín.
              Después de sus viajes por el
        extranjero Nostradamus se instaló de
         nuevo en Salon y reanudó su vida de
         siempre; sin embargo, su fama había
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