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Para estimular una adecuada rehidratación y retención de líquidos tras ejercicios de resistencia en ambientes calurosos se recomienda consumir bebidas con una concentración de 50 mmol de sodio por litro. El sodio introducido en los líquidos influye en la distribución de los fluidos ingeridos en los diferentes compartimentos.
La cantidad de líquido necesario a consumir durante la recuperación debe ser mayor que durante el ejercicio ya que el organismo sigue perdiendo líquidos en las horas posteriores al ejercicio, si bien depende de la diferencia de peso previa e inmediatamente posterior a entrenar (se aconseja beber alrededor del 150% de la diferencia en kilos).
Tipos de líquidos
Isotónico: Contiene las mismas concentraciones de Na y K que el líquido extracelular, por lo que tiende a permanecer en equilibrio con los fluidos y electrolitos internos, de modo que no se estimula el desplazamiento de estos entre los diferentes compartimentos, y por ello no tiende a salir ni a entrar agua de la célula.
Hipertónico: concentración elevada de Na respecto al líquido extracelular., por lo que induce una salida de agua desde la célula hacia el espacio extracelular para compensar la mayor concentración de Na que se ingiere. Entonces la célula se deshidrata y pierde volumen y fuerza.
Hipotónico: la concentración de Na y otros solutos es muy baja. Se ingiere más agua que sodio y se incrementa la concentración de agua fuera de la célula, de manera que el organismo interpreta que la cantidad de Na extracelular ha disminuido. Al principio la célula absorberá agua para restablecer la relación, pero si la situación no se corrige se eliminará agua por vía renal y estimulando la deshidratación.
3. BALANCE ENERGÉTICO
La unidad para medir la energía gastada o aportada al organismo es la kilocaloría, es decir, la cantidad
de calor necesario para elevar la temperatura de 1 kg de agua 1°C.
El balance calórico se refiere a la relación entre las calorías aportadas por la dieta y las gastadas por las actividades del organismo. Este balance es un aspecto que indicará la pérdida o ganancia de peso, pero no determina la composición corporal (masa grasa y magra).
Las necesidades calóricas de una persona se relacionan con:
Gasto metabólico basal (GMB). Es la cantidad de energía necesaria para mantener las funciones vitales (respiración, latidos, termorregulación, etc.). Los factores que aumentan este gasto son el nivel de masa magra (muscular y ósea), la edad, el crecimiento, la temperatura corporal, el ciclo menstrual y el hipertiroidismo. Los que lo disminuyen son la pérdida de masa magra, un bajo aporte calórico y el hipotiroidismo. Este factor consume del 60% al 75% del total de las necesidades.
Actividades diarias. Se considera no sólo la actividad física sistemática (entrenamiento deportivo) sino también el trabajo cotidiano o las tareas del hogar, así como las condiciones ambientales. Es el segundo en importancia que afecta al gasto calórico.
Efecto térmico de las comidas. Se refiere al incremento de gasto metabólico provocados por los procesos de digestión y asimilación de alimentos. Oscila del 7% al 10% de las necesidades calóricas.
FACTORES FISIOLÓGICOS DEL ALTO RENDIMIENTO – TEMA 10 12