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Fundamentos Sociológicos del Deporte
Pero si ahora tengo claro que como técnico deportivo soy figura de referencia en la transmisión de valores, ¿cómo realizo dicha transmisión? Lo primero que tenemos que considerar y que es de vital importancia es que la promoción y desarrollo de los valores se ejercita a través de la experiencia y no por la mera transmisión de ideas. Me explico, hablar de responsabilidad como valor es fácil, de igual forma que hablar y quejarse por la irresponsabilidad de los demás, pero cuando realmente tomamos conciencia del valor responsabilidad es cuando lo sentimos en nuestras propias carnes, cuando nos mostramos responsables con nuestro material o de nuestra seguridad deportiva. Si los valores se ejercitan a través de nuestras vivencias, es lógico pensar que también se aprender a través de ellas. Por lo tanto, cuando hablamos de educación en valores o de desarrollo del razonamiento moral, hablamos de la necesidad de crear y de favorecer espacios de vivencia en los que las personas podamos sentir, experimentar, vivenciar... dichos valores; y el deporte es un escenario de lujo para este objetivo. Como técnicos deportivos debemos controlar estas vivencias, ya que somos las figuras de referencia en las mismas y no podemos ser neutrales en cuanto a nuestro comportamiento. Desde el primer momento en que seleccionamos unos objetivos para el grupo o la actividad (integración, espacio lúdico, competición...) o una metodología (más participativa o más autoritaria), estamos tomando partido acerca de unos valores u otros. Además, el técnico deportivo no puede ser tolerante ante conductas intolerantes que se manifiesten en el grupo. Por lo tanto, es importante que asumamos nuestro rol y que sobretodo analicemos como nuestra actitud influye en la transmisión de valores. Quizá para este análisis nos ayude prestar atención a la percepción que como monitores, entrenadores o guías tenemos de:
a) Nuestros deportistas (¿cómo son? ¿qué espero o quiero de ellos?)
b) La actividad (¿cuál es la finalidad de la actividad que estoy dirigiendo?)
c) Mis propias competencias o actuaciones como modelo (¿qué hago y cómo lo hago? ¿qué
represento para mis alumnos?). Es decir, el actuar como valor de ejemplo, no vale de nada que intentemos fomentar el compañerismo entre nuestros deportistas cuando nosotros no ejercitamos este valor con nuestros compañeros.
d) Modelo de escuela o club (¿qué valores se fomentan por la escuela? ¿me piden resultados en competiciones o fidelizar en la práctica deportiva?)
e) Papel que juega la familia, los medios de comunicación y la sociedad en la influencia de los deportistas (¿en qué medida se ve el deportista afectado por lo que pasa fuera del medio deportivo?)
2013
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