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3.2 Glucólisis Anaeróbica o Vía de Embden-Meyerhof
Al empezar el ejercicio y una vez consumidos los fosfágenos (ATP y PC), la glucosa comienza a movilizarse para aumentar la resíntesis de ATP, proporcionando la energía necesaria para mantener la contracción muscular desde pocos segundos hasta algunos minutos de duración. Estas reacciones no necesitan oxígeno, puede darse ácido láctico como producto terminal y los carbohidratos son el único sustrato utilizado.
El uso de las reservas musculares de glucógeno se denomina glucogenólisis. El glucógeno se transforma en glucosa-1-fosfato (Glu-1-P) y se pone a disposición de la vía anaeróbica láctica para comenzar su degradación a glucosa-6-fosfato (Glu-6-P). Como la membrana celular no es permeable, esta molécula queda atrapada dentro de la célula para entrar en la glucólisis.
Si en lugar de las reservas de glucógeno se utiliza la glucosa circulante, hablamos de glucólisis. En este proceso la glucosa pasa directamente a Glu-6-P utilizando energía proveniente de la hidrólisis de ATP.
Esta ruta tiene como objetivo convertir 1 molécula de glucosa en 2 moléculas de ácido pirúvico. En las primeras reacciones están en juego la glucosa y la fructosa, a partir de las cuales la vía se desdobla en 2 ramas que generan 2 moléculas de piruvato. Si no se da un aporte de oxígeno suficiente, el piruvato se convierte en lactacto. Su acumulación produce acidez en las fibras musculares, lo cual inhibirá la degradación del glucógeno y complicará la actividad del calcio dentro de esas fibras, lo que supone entorpecer la contracción múscular.
El rendimiento de esta vía es de 2 ATP por cada molécula de glucosa y de 3 ATP por cada molécula de glucógeno.
FACTORES FISIOLÓGICOS DEL ALTO RENDIMIENTO – TEMA 1 6