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1. INTRODUCCIÓN
Asesorar adecuadamente a nuestros deportistas acerca de los hábitos nutricionales es una función importante dentro de nuestra profesión, si bien siempre debemos tener claro que no somos médicos ni nutricionistas o dietistas, y no nos corresponde prescribir ni manipular dietas. La dieta no mejora directamente el rendimiento pero su correcta realización ayuda a mejorar los resultados inducidos por el entrenamiento.
El término dieta hace referencia a los hábitos nutricionales que sigue una persona, no a un plan dietético con objetivos de aumentar o reducir el peso corporal. Antes de realizar cualquier consejo nutricional, se deben conocer los hábitos y necesidades del deportista, para lo cual hay 3 maneras de recabar la información:
1. Enviar la ingesta de las últimas 24 horas.
2. Realizar un historial de los hábitos nutricionales (alimentos deseados, no deseados, horas de las
ingestas, etc.).
3. Reportar los alimentos ingeridos durante los últimos 3 días.
2. NUTRIENTES
Nutriente se considera a cualquier sustancia que puede ser asimilada por el organismo y colabora para sostener la vida (Kent, 1994; Willmore y Costill, 1994).
Las dos grandes categorías para clasificar a los nutrientes son: macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas) y micronutrientes (vitaminas y minerales).
Además debemos incluir el agua al constituir un elemento esencial para la vida del organismo.
2.1. Proteínas
Formadas por largas cadenas de aminoácidos que forman estructuras. Existen alrededor de 20 aminoácidos diferentes capaces de combinarse en cualquier orden y de repetirse de distintas maneras.
Las proteínas presentan una molécula parecida a la de grasas y glúcidos al estar formadas por átomos de Carbono, Hidrógeno y Oxígeno, pero además presenta una estructura más compleja que contiene Nitrógeno, Sulfuro, Fósforo y Hierro. Nuestro organismo es capaz de obtener grasas a partir de los glúcidos y glucosa al degradar proteínas, pero no puede obtener estas últimas de otros nutrientes, de ahí la importancia de la dieta.
En la dieta las proteínas pueden tener origen vegetal o animal. Las de origen animal se encuentran en carnes, pescados, aves, huevos y productos lácteos; las de origen vegetal las encontramos en frutos secos, soja, legumbres, champiñones y algunos cereales (germen de trigo). Para poder asimilarlas se necesita digerirlas y formar aminoácidos, que se absorberán por el intestino y pasarán a la sangre, donde serán utilizados para varias funciones (regeneración o formación de proteínas de tejidos celulares, reposición de enzimas, etc.).
FACTORES FISIOLÓGICOS DEL ALTO RENDIMIENTO – TEMA 10 3