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Teoría y Sociología del Deporte
    La autoridad ordenaba el comienzo de la hoplomachia. Junto a los gladiadores se encontraban instructores y fustigadores que estimulaban la agresividad de los luchadores.
Al vencedor de la contienda le correspondía decidir sobre la suerte de su adversario; en presencia del emperador, le decía a éste el derecho y el emperador a su vez, pedía opinión al público.
Si el público no otorgaba el perdón el vencido ponía el cuello y el vencedor le clavaba la espada.
El gladiador victorioso daba vueltas a la arena aclamado y recibía diversos regalos como bandejas de plata, monedas de oro...; desde ese momento se había convertido en famoso, ya fuera esclavo, prisionero o ciudadano pobre. En ocasiones conseguían la “rudis” (vara de madera que simbolizaba la liberta).
Cuando un gladiador vencido quedaba tirado en la arena, rápidamente llegaban empleados disfrazados de Caronte (el barquero del infierno) y Hermes (encargado de llevar la almas al infierno) y le daban unos mazazos en la cabeza para asegurarse de que estaba muerto; después otros empleados se lo llevan a rastras fuera de la arena.
Intelectuales como Cicerón aprobaban e incluso hacían apología educativa de estos espectáculos.
5.- EDAD MEDIA (S.VI– S.XV)
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