Page 10 - TEMA 3. METODOLOGÍA Y GESTIÓN DEL GRUPO DEPORTIVO
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 Bases del aprendizaje deportivo. Tema 3 – Metodología y gestión de grupos
exista una buena atmósfera de confort psicológico, interrelaciones positivas entre los deportistas y con el entrenador.
Esto no significa que no vaya a haber conflictos, ya que estos van a estar presentes de forma casi inevitable. La competición de los deportistas tanto en un deporte individual como por equipo crea siempre rivalidad, conflictos. Rivalizan el intelecto y la fuerza de los músculos, la estrategia y táctica, los diferentes puntos de vista y de convicciones, las opiniones de los entrenadores sobre los medios de realización de las posibilidades del deportista, etc...
Es necesario reconducir esos conflictos, ya que de otra manera pueden aparecer insatisfacciones, malas relaciones y, en última instancia, el abandono deportivo. Uno de los mayores errores que se pueden cometer es el de ignorar o evitar enfrentarse a los conflictos. Cuando no se afronta un conflicto lo normal no es que se solucione sólo, sino que lo normal es que se vaya complicando hasta llegar a convertirse en algo mucho más difícil de corregir.
Como comentábamos, en un grupo deportivo pueden surgir dos tipos de conflictos: entre deportistas o deportista - entrenador (o varios a la vez contra el entrenador). Siempre que se trate de conflictos aislados (entre 2 ó 3 personas), hay que intentar que el conflicto no se extienda al resto del grupo.
Cuando el conflicto es entre 2 ó 3 deportistas, habrá que actuar directamente sobre esos miembros. Para ello, el Técnico Deportivo puede actuar de dos maneras: de manera directa o a través de otros compañeros.
Cuando el conflicto no sea muy grave, conviene involucrar a compañeros que ejerzan la función de “mediadores o pacificadores”. Esto es preferente a la acción directa, ya que el grupo no debe tener la sensación de que el Técnico Deportivo media en todos los problemas que surgen. Esto es importante, porque el grupo deportivo tiene que aprender también a gestionar sus conflictos de manera independiente. Para ello, el entrenador podrá pedirle de manera discreta a algún compañero que medie en el conflicto, para no ser él directamente el que tiene que actuar.
Cuando el conflicto sea más grave, será más conveniente la acción directa. Así, el entrenador deberá escuchar a ambos miembros por separado, y posteriormente, de manera conjunta, establecer pautas de comportamiento y trazar un plan para solucionar el conflicto.
Cuando el conflicto sea entre un deportista y el entrenador, la manera de funcionar será la misma, sólo que el entrenador deberá hacer un esfuerzo extra para tratar de ser lo más objetivo posible y tomarse las quejas del deportista no como críticas personales, sino como su forma de vivir la situación que se está dando entre ambos. Como en cualquier tipo de relación entre dos personas, es importante tener en cuenta que no pasa nada por equivocarnos una vez. Es más grave equivocarse y no querer rectificar por temor a perder la autoridad o simplemente por no querer reconocer el error. En este tipo de conflictos, habrá que intentar reconducirlos, cediendo ambas partes para llegar a un punto medio común. Sólo en casos en
   

























































































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