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Actitud de las familias de las personas con discapacidad
La actitud de las familias de los propios interesados podrá condicionar negativamente su participación en la oferta de Deporte y Actividad Física adaptada, ya sea por desconocimiento de los beneficios que comporta, por los miedos injustificados ante esa práctica o por falta de disponibilidad de tiempo para acompañarlos a las instalaciones deportivas, en el caso de los niños y jóvenes.
Inexistencia de trabajo en red y falta de coordinación institucional
Existe una falta de conexión entre los centros educativos, sanitarios y sociocomunitario y las entidades que promocionan el Deporte y la Actividad Física de las personas con discapacidad, lo que dificulta la localización de los potenciales usuarios. Se detecta asimismo una falta de coordinación entre las diversas instituciones que velan por esta promoción a diversos niveles: municipal, comarcal, provincial, autonómico y estatal.
Olvido institucional heredado
Durante mucho tiempo las personas con discapacidad han vivido de la caridad y de la beneficencia, marginados del resto de ciudadanos. A pesar de los cambios de los últimos años, todavía estamos lejos de conseguir un estado de bienestar en que todos y todas puedan estar en igualdad de condiciones.
Falta de información al alcance de las personas con y sin discapacidad
En general, la población desconoce las posibilidades de práctica deportiva de las personas con discapacidad por la inexistencia de canales de información efectivos y actualizados. Paralelamente las instituciones y las entidades responsables de la promoción del deporte adaptado tienen dificultades para acceder directamente a los posibles usuarios.
Barreras arquitectónicas, de comunicación y ausencia o déficit de transporte adaptado
A pesar de las normativas que regulan la inclusión de las personas con discapacidad, nuestras ciudades no están pensadas en su totalidad para las personas con movilidad reducida, con ceguera o baja visión y con sordera o limitaciones auditivas, así como personas con discapacidades intelectuales.
El mobiliario urbano, el diseño de las calles y espacios exteriores de uso público, las instalaciones deportivas (excepto las de nueva construcción que tendrían que cumplir con la normativa de accesibilidad y no siempre lo hacen aunque esté regulado por ley),