Page 218 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
P. 218

aptiora et accommodatiora. (8) Neque enim his nostrae
        rostro*  nocere  poterant  (tanta  in  iis  erat  firmitudo),
        neque,  propter  altitudinem,  facile  telujn  adigebatur  et,
        eadem de causa, minus commode copulis continebantur.
        (9)  Accedebat  ut,  cum  saevire  ventus  coepisset  et  se
        vento  dedissent,  tempestatem  ferrent  facilius  et  in  va­
        dis  consisterent  tutius  et,  ab  aestu  relictae,  nihil  saxa
        et  cautes  timerent;  quarum rerum omnium  nostris  na­
        vibus  casus  erat  extimescendus.

           XIV.     (1)  Compluribus  expugnatis  oppidis*,  Caesar,
        ubi  intellexit  frustra  tantum  laborem  sumi  neque  hos­
        tium fugam, captis oppidis, reprimi neque iis noceri pos­
        se, statuit exspectandam classem. (2) Quae ubi convenit
        ac  primum  ab  hostibus  visa  est,  circitet  CCXX  naves*
        eorum  paratissimae atque  omni  genere  armorum  orna­
        tissimae, profectae  ex  portu,  nostris  adversae  constite­
        runt;  (3)  neque  satis  Bruto,  qui  classi  praeerat,  vel
         tribunis*  militum  centurionibusque*  quibus  singulae
        naves erant attributae, constabat quid agerent aut quam
        rationem  pugnae  insisterent.  (4)  Rostro*  enim  noceri


        porales.  (8)  Pues  ni  podían  hacerles  daños  las  nuestras  con  el  espolón
        (tanta  era  su  solidez)  ni,  a  causa  de  su  altura,  era  fácil  llegar  a  bordo
        con  los  dardos  y,  por  la  misma  causa,  era  difícil  apresarlas.  (9)  A  todo
        lo  cual  se  añadía  que,  cuando  comenzaba  a  arreciar  el  viento  y  se  entre­
        gaban  a  él,  aguantaban  más  fácilmente  la  borrasca  y  fondeaban  con  ma­
        yor  seguridad  en  los  bajíos  y,  aunque  se  retirase  la  marea,  ningún  riesgo
        corrían  por  los  peñascos  y  arrecifes;  en  cambio  nuestras  naves  tenían
        que  guardarse  de  todos  estos  peligros.
          XIV.   (1)  César,  después  de  haberse  apoderado  de  muchas  ciudades,
        luego  que  vio  que  tanta  fatiga  era  inútil  y  que  no  se  podía  impedir  la
        huida  de  los  enemigos  al  tomar  sus  ciudades  ni  causarles  daño  alguno,
        resolvió  esperar  la  armada.  (2)  Tan  pronto  como  ésta  llegó  y  fue  avistada
        por  los  enemigos,  cerca  de  doscientas  veinte  naves  adversarias,  muy  bien
        equipadas  y  armadas  con  toda  clase  de  pertrechos,  salieron  del  puerto  y
        se  enfrentaron  con  las  nuestras;  (3)  ni  Bruto,  que  estaba  al  frente  de
        nuestra  escuadra,  ni  los  tribunos  de  los  soldados  y  los  centuriones,  a
        quienes  se  había  confiado  el  mando  de  cada  nave,  veían  claro  lo  que
        habían  de  hacer  ni  qué  modo  de  combatir  adoptarían.  (4)  Sabían  que
                                 216
   213   214   215   216   217   218   219   220   221   222   223