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                      7CUIDA TU HIGIENE ÍNTIMA La parte más externa del aparato genital femenino también se
7ve afectada durante el embarazo por la nueva situación hormonal. Los tejidos retienen más líquidos, por lo que la piel está más
hinchada y blanda. Esto también supone una mayor secreción de
la mucosa vaginal y el hecho de que sus paredes, al ser ricas en 7líquidos, produzcan pérdidas más abundantes que las normales.
Sin embargo, este incremento en el flujo es la principal defensa
de los genitales, pues, a través del mismo, se eliminan los 7gérmenes que podrían provocar infecciones.
El pH vaginal también se vuelve más ácido, por lo que los genitales aún están menos protegidos.
REFUERZA EL SUELO PÉLVICO
El suelo pélvico comprende el conjunto de músculos, membranas y ligamentos que cierran la cavidad abdominal y pélvica en su parte inferior.
Sostiene la vejiga, el útero, la vagina y el recto y, además,
está implicado en la vida sexual y puede contribuir a su calidad.
Conocer el suelo pélvico y mantenerlo sano y tónico es fundamental para la salud femenina. No solo durante el embarazo, con el objetivo de prepararse para el parto, sino también después del nacimiento del bebé.
Si se descuida, se corre el riesgo de sufrir determinados trastornos, como incontinencia urinaria, prolapso genital, problemas de espalda o dolor en las relaciones sexuales.
QUÉ HACER
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  Todo esto requiere una higiene íntima más atenta, que evitará que las secreciones, al permanecer sobre los genitales externos, los conviertan en terreno fértil para el desarrollo de microorganismos.
2 Por este motivo, es necesario escoger un jabón específico para la higiene íntima, que limpie, pero que no altere ese delicado ambiente. Un buen producto para este período no debe contener sustancias aromáticas, que pueden irritar las capas más superficiales de la mucosa genital. Asimismo,
su pH debe ser parecido al vaginal, es decir, de 3,5 a 5.
3
desde la vulva hacia el ano, para que los microorganismos presentes en el recto no lleguen a la vagina.
QUÉ HACER
1 El primer paso consiste en conocer el suelo pélvico. Un fisioterapeuta o una matrona ayudarán a la mujer a sentir los músculos del suelo pélvico y a contraerlos de forma correcta.
2
   Debemos lavarnos con agua corriente y no llenar el bidé,
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Hacer ejercicios, como los Kegel, para mejorar
la fuerza, sujeción y tono de estos músculos. Son ejercicios de contracción y relajación de los músculos, combinados con la respiración.
3 Utilizar ejercitadores de suelo pélvico, o conos o esferas vaginales de distinto peso, que ayudan a la mujer a que realice estos ejercicios de forma correcta.
4
Masajear la zona del periné también ayuda a aumentar la elasticidad y la flexibilidad de dichos tejidos, y a prevenir desgarros.





































































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