Page 15 - Mi bebé y yo 334 Julio-Agosto
P. 15
LA BELLEZA
DE LA LECTURA
Nunca es demasiado pronto para empezar. Al principio,
será suficiente la voz y, después, a partir de los seis meses, deberá estar acompañada de ilustraciones. La lectura en voz alta (o mejor aún, en voz baja, para subrayar la intimidad) es un regalo de salud tanto desde el punto de vista de la relación como del desarrollo cognitivo. En primer lugar, se ofrece al pequeño un tiempo constructivo y de calidad: es un regalo muy personal que los papás hacen
a su hijo. Y la percepción de cuánto le ha gustado también
se traduce en una confirmación para la mamá y el papá, que hace que se sientan más seguros y válidos en su papel.
La neurociencia ha demostrado que, en los dos primeros años de vida, se forman la mayoría de las conexiones entre las células cerebrales (las neuronas), que están en la base de nuestras
competencias: una oportunidad que no hay que echar a perder para alimentar la mente del niño de la mejor manera posible.
Las ventajas de la lectura sobre el desarrollo cognitivo ya son conocidas: el niño tendrá
un vocabulario más rico, una mayor capacidad de atención, favorecerá su aprendizaje y construirá una relación especial con los libros. Tanto es así que la Academia Americana de Pediatría considera la lectura en voz alta como uno de
los cuidados primarios fundamentales. Por otro lado, la lectura también tiene un efecto positivo evidente en el desarrollo social y relacional. Por ejemplo, a través de la narración de historias, el pequeño aprende a reconocer mejor sus emociones y las de los demás.
LA FUERZA
DEL EJEMPLO
Los niños aprenden casi todo observando e imitando lo que los demás hacen,
en primer lugar, la mamá y el papá. Son nuestro reflejo. Es preciso que seamos
conscientes de ello: somos el modelo sobre el que construye su forma de ser, desde muy pequeño. ¿Queremos que nuestro hijo sea cariñoso y amable? Debemos serlo nosotros en primer lugar, a través de un cuidado amable en sentido universal: hacia los demás, los animales, las plantas y las cosas. Ofrezcamos un buen ejemplo en la mesa, comiendo todos juntos, con la televisión
apagada, comiendo los mismos alimentos e intentando
comprender al pequeño, es decir, dando respuestas adecuadas a sus señales de hambre y saciedad, y respetando lo que demuestra que le gusta. Regalemos un buen ejemplo no consultando el móvil mientras se está con el niño en la mesa. Un uso excesivo del móvil por parte de los papás no solo está asociado a un menor número de interacciones verbales y no verbales con los hijos, sino también con un factor predictivo de un uso inapropiado de las tecnologías digitales por parte
del niño.
Mibebeyyo #15#