Page 43 - Mi bebé y yo 334 Julio-Agosto
P. 43
MENOS DULCES Y GRASAS SATURADAS,
IGUAL A MENOS INFLAMACIÓN
Normalmente, la inflamación es un proceso natural, que aparece cuando el organismo sufre un daño celular, y desaparece gradualmente cuando se resuelve. Sin embargo, cada vez es más común detectar estados de inflamación crónica, de manera que el organismo, siempre inflamado, pierde su capacidad natural para reaccionar.
Si se consumen en exceso alimentos como dulces, embutidos, carne y alimentos ricos en grasas saturadas, como la mantequilla, se favorece esta condición. Por el contrario, existen alimentos específicos que combaten la inflamación de forma eficaz. Las naranjas merecen una atención especial, siempre que se consuman del modo adecuado, es decir, evitando eliminar la parte esponjosa blanca de la parte interna de la piel, que es rica en un potentísimo principio antiinflamatorio, la hesperidina.
No dejes que “el virus de la ansiedad” afecte a la alegría del embarazo. Por el contrario, aprovecha este tiempo tan lento para vivir tu estado con más intensidad, dedicándote más cuidados y ofreciendo a tu hijo todo lo que necesita para construir sus primeras defensas, para que nazca sano y fuerte. En particular, es importante mantener un aporte suficiente de proteínas y de calorías. Si son demasiado escasas, influyen negativamente en todos los componentes del sistema inmunitario. Asimismo, para
las mamás que deben controlar el aumento de peso, en la dieta nunca deben faltar factores proteínicos, como carne, pescado, huevos, lácteos y legumbres. Tampoco hay que reducir en exceso el consumo de grasas. El aceite de oliva virgen como condimento habitual, completado con una cucharadita diaria de aceite de lino,
por ejemplo, en la ensalada o en el yogur, es muy beneficioso.
MÁS PESCADO
PARA SUBIR EL ÁNIMO
Seguimos comiendo muy poco pescado, y es una lástima. El pescado es, de lejos, la principal fuente de los “míticos” ácidos grasos omega 3. Se consideran importantes para la protección cardiovascular, además de llevar a cabo una función antiinflamatoria y, sobre todo, garantizan la elasticidad y funcionalidad de las membranas que recubren las células cerebrales, influyendo de forma positiva en el estado de ánimo
(¡y buena falta que nos hace!). Si el pescado es fresco, requiere un poco más de tiempo en su preparación, pero el congelado es muy práctico y es igualmente nutritivo. Consume pescado entre dos y tres veces a la semana, alternando el azul y el blanco (para los más pequeños),
e introduce el salmón en el menú de vez en cuando.
Mibebeyyo #43#
Para las que esperan un bebé