Page 50 - Mi bebé y yo 331 - Abril 2020
P. 50
#detalpalotalastilla
¿A QUIÉN SE PARECERÁ?
AUNQUE LA GENÉTICA NO ES UNA CIENCIA EXACTA, EXISTEN CARACTERES DOMINANTES QUE NOS PERMITEN IMAGINAR CÓMO SERÁ EL FUTURO BEBÉ.
COMBINACIONES ÚNICAS
E IRREPETIBLES
La regla fundamental es que el niño recibe y se apropia de la información genética de la mamá y del papá de dos formas distintas, en función del elemento examinado. En algunos casos, como el color de los ojos o la forma de las orejas, si las características de los padres son diferentes, el pequeño debe aceptar una de las dos y descartar la que queda. En otros casos, como el color de la piel o la estatura, los caracteres de ambos miembros de la pareja se adquieren y se mezclan hasta dar lugar a una especie de “cruce”. Sin embargo, la evolución de la ciencia genética ha evidenciado que estos mecanismos hereditarios cada vez resultan más complejos e imprevisibles: la información transmitida por vía materna y paterna se expresa de forma única e irrepetible en cada individuo, según una serie de combinaciones que implican a muchos más genes de los que pensábamos. Hacer previsiones partiendo del aspecto físico de mamá y papá es, por tanto, difícil.
UN PULSO ENTRE GENES
El cuerpo humano está compuesto de miles
de millones de células, en cuyo núcleo está registrado el patrimonio genético de cada individuo. Toda la información está contenida
en 23 parejas de cromosomas. En cada par, un cromosoma se ha heredado de la madre y el otro, del padre, a través del óvulo y del espermatozoide, que contienen 23 cromosomas cada uno. En cada cromosoma, están presentes miles de unidades de información, denominadas genes. ¿Quién gana? Depende de la parte del cuerpo. Si, por ejemplo, nos referimos al color de los ojos o a la forma de la boca, el vencedor suele ser el carácter “dominante” (iris oscuro y labios gruesos), y no el “recesivo” (iris claro y labios finos), mientras que, para otras cuestiones, como el color de la piel,
se produce una especie de colaboración. Si el carácter de uno de los padres no aparece en el hijo, sigue estando presente, aunque de forma “silenciosa”, en el patrimonio genético del niño, y se transmitirá a futuras generaciones.
#50# Mibebeyyo