Page 65 - Mi bebé y yo 331 - Abril 2020
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          • La inseminación artificial consiste en colocar, en el útero de la mujer, una
muestra de semen, que habremos
preparado previamente en el laboratorio
para incrementar el potencial de los espermatozoides. Este tratamiento está indicado en hombres que presentan anomalías leves o moderadas en los espermatozoides, en mujeres con problemas para ovular o que padecen alguna alteración en la entrada del útero, o en aquellos casos de mujeres sin pareja masculina que no tienen problemas
de fertilidad y desean ser madres.
• La fecundación in vitro es un proceso más complejo. Primero, es necesario estimular hormonalmente a la mujer de manera controlada y obtener sus óvulos que, posteriormente, son fecundados con la muestra de semen en el laboratorio (in vitro). Allí, se cultivan durante unos días para ver cuáles son viables, de la mejor calidad, y se realiza la trasferencia a la cavidad uterina. Dependiendo de los problemas que existan, tanto el óvulo como el espermatozoide pueden ser de donante o de la pareja.
Esta técnica está especialmente indicada en aquellos casos en los que haya habido varios intentos de inseminación artificial sin éxito,
en mujeres con endometriosis avanzada,
con problemas en las trompas de Falopio o ausencia de las mismas, o en mujeres de edad avanzada con óvulos de baja calidad. También está indicada en caso de hombres que presenten anomalías severas en la calidad
de su esperma.
AVANCES EN MEDICINA
REPRODUCTIVA
En primer lugar, hay que tener muy en cuenta que no existen fórmulas mágicas. Sin duda,
las técnicas actuales ayudan, y mucho,
a paliar las dificultades que podamos tener para concebir, pero, en ningún caso, son garantía
de conseguirlo al 100%. Sin embargo, cada vez son más los avances y recursos que tenemos a nuestra disposición para conseguir el deseado embarazo.
• Lo primero que se debe tener en cuenta es la calidad de los óvulos y esto viene muy
determinado por la edad de la madre o de la donante. Por este motivo, existe una prueba que todas las mujeres que desean planificar un embarazo deberían realizar: el test de fertilidad, con el que se determina cuál es el nivel de la hormona antimülleriana (AMH) en sangre,
lo cual es un indicador muy fiable para conocer el número de óvulos. A mayor nivel de AMH, mayor es también el número de óvulos. Una vez determinado esto, podemos trazar mejor el camino que debemos seguir.
• A partir de los 35 años, los óvulos de la mujer pueden verse comprometidos en cuanto a calidad y cantidad (aunque esta fecha no es determinante, pues puede ser incluso antes, de ahí la importancia del test de fertilidad).
Si el embarazo va a posponerse, la mejor opción es optar por la vitrificación de óvulos.
Se trata de un proceso muy sencillo: estimulamos la producción de óvulos con inyecciones subcutáneas; los ovocitos se extraen en apenas 5 minutos con sedación
y, una vez extraídos, se congelan.
• Disponer de la tecnología de vanguardia también aumentará las posibilidades de éxito. La utilización de incubadoras Time-Lapse, como EmbryoScope® o Geri®, permite ver
en tiempo real cómo se lleva a cabo la división celular del embrión. De esta forma, se ve
su evolución desde el inicio y aumentan las posibilidades de éxito a la hora de implantarlo en el útero de la madre. También nos permite transferir los embriones a los cinco o seis días de su creación, en lugar de a los dos o tres que se hacía hasta no hace mucho, y, así, aumentar las posibilidades de éxito de forma exponencial.
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