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toda la población. Hace unos años, se hacía hincapié en la ingesta de esta vitamina en los países con baja incidencia de rayos solares. Pero, actualmente, al llevar una vida
de interior, en España también estamos sufriendo las consecuencias de los bajos niveles de vitamina D.
4. PROBIÓTICOS: aunque no son un suplemento tradicional para la lactancia, los probióticos pueden mejorar la composición de la microbiota intestinal de
la madre, lo que, a su vez, puede influir positivamente
en la calidad de la leche materna y en la salud intestinal del bebé. Otro dato a favor de los probióticos en esta etapa es que, al mejorar la flora materna, también disminuye
la incidencia de sufrir mastitis.
5. ÁCIDO FÓLICO: aunque es más conocido por su importancia antes y durante el embarazo, el ácido fólico sigue siendo fundamental durante la lactancia para apoyar el crecimiento y el desarrollo del bebé.
6. ZINC: un mineral esencial para el crecimiento, el sistema inmunológico y la reparación de tejidos.
La suplementación con zinc puede ser beneficiosa, sobre todo, para las madres con niveles bajos de este nutriente. En el suplemento multivitamínico, suele estar incluido.
7. MAGNESIO: especialmente importante para combatir el cansancio tanto físico como mental de la madre. Aunque suele estar presente en los complementos multivitamínicos, puede ser interesante hacer un aporte extra en determinados casos.
¿Y qué sucede con el calcio? Si en nuestra alimentación estamos ingiriendo frutos secos, hortalizas de hoja verde (kale, espinacas y acelgas) y brócoli o col, estaremos cubriendo nuestras necesidades de calcio, por lo que no hace falta suplementarlo.
En conclusión, los suplementos pueden ser un complemento valioso para la dieta de la madre lactante
y tienen el potencial de mejorar la salud y el desarrollo del bebé. Sin embargo, es crucial elegir suplementos de alta calidad y discutir su uso con un profesional de la salud para valorar todas las peculiaridades del dúo mamá/bebé.
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