Page 12 - Demo
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                #túeressumejorejemplo
   ESCUCHAR ACTIVAMENTE. Cuando nuestros hijos nos están explicando
algo, no es bueno interrumpirles para adelantarnos a lo que nos van a decir, con el afán de ganar tiempo. Por el contrario, ellos necesitan sentirnos realmente presentes, física y emocionalmente,
sin distracciones o actividades
paralelas, y notando que lo
que nos están explicando
realmente nos interesa.
MENOS ELOGIOS Y MÁS ALIENTO. En ocasiones, cuando queremos manifestar la aprobación que sentimos al ver a nuestros hijos comportándose de la forma en la que nosotros
esperamos, tendemos a utilizar elogios en exceso, lo cual tampoco es beneficioso. Lo mejor es liberarlos y liberarnos de la necesidad de expresar frases que no son reales, o son muy exageradas, y utilizar, en sustitución, alientos y descripciones. De lo contrario, nuestros hijos podrán dudar de la veracidad de nuestras palabras, o pensar que realmente lo han hecho tan bien que ya no hace falta mejorar. Por ejemplo, no es necesario decirles que nos han cocinado el pastel más bueno del universo cuando, en realidad, nos estamos dando cuenta de que, en lugar de utilizar azúcar, han puesto sal. En cambio, podemos decirles algo así como: “¡Vaya! Veo que te has esforzado mucho por cocinarme un pastel. Te has pasado la tarde en la cocina con mucho esfuerzo y, sin darte cuenta, el pastel ha quedado un poco salado. ¿Hacemos otro juntos?”. Asimismo, podemos destacar otras cualidades que veamos, sin necesidad de exagerar o resaltar demasiado el error.
 VALORAR EL ESFUERZO. Tendemos siempre a valorar más el resultado
que el propio proceso que se tuvo que realizar para alcanzarlo, sin tener en cuenta, tampoco, el esfuerzo que tuvo que realizarse para conseguir ese resultado. En diferentes niños, para alcanzar un mismo resultado, el esfuerzo y el proceso nunca será el mismo. A algunos niños les costará más aprender a leer; a otros, aprender a atarse los cordones de las zapatillas. No todos los niños que tienen una calificación de 10 en matemáticas estudiaron la misma cantidad de horas; posiblemente, algunos estudiaron día tras día, y otros, un par de horas antes del examen. Y, sin embargo,
en la mayoría de los casos, nos limitamos
a elogiar directamente la calificación, sin detenernos en el proceso y en el esfuerzo que tuvo que hacer cada uno para alcanzarlo.
#12# Mibebeyyo
3claves para una buena
comunicación con nuestros hijos
RESPETO. Muchas veces, cuando el comportamiento que tienen los niños no es el correcto desde nuestra mirada de adultos, buscamos la forma de que lo noten y de que perciban nuestro malestar. Para ello, la herramienta más accesible que tenemos son las palabras, pero, en esas ocasiones, suelen tener una intensidad emocional tremendamente hiriente y humillante. El respeto es fundamental
en todas las relaciones.
EMPATÍA. Siempre es importante hablar a nuestros hijos desde la empatía. Tener la capacidad de entender lo que pueden estar sintiendo es muy beneficioso para conseguir una buena comunicación.
POSITIVIDAD. Mantener una actitud positiva también en las palabras les enseñará a ser personas más optimistas. No se trata de quitarle realismo a las situaciones e intentar que todo parezca bonito, sino de que es bueno hacer el esfuerzo de reformular oraciones que muchas veces tienen una connotación negativa. Esto también les brinda habilidades ante una situación desagradable, para que puedan focalizar en soluciones y no quedarse estancados en el problema.
  














































































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