Page 66 - Mi bebé y yo 351. Noviembre-Diciembre 2022
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#alimentaciónenergéticavital
El posparto, tanto el inmediato como el tardío, es una etapa de muchos cambios, no solo a nivel fisiológico, sino también emocional. Entramos en una fase en la
que seguimos gestando, pero con el bebé en nuestro regazo.
• Si bien, durante el embarazo, o incluso antes del embarazo, prestamos atención a nuestra alimentación, ya sea por iniciativa propia o por recomendación del especialista, esto no ocurre de forma general una vez hemos dado a
luz. El hecho de no tener físicamente al bebé dentro hace que sintamos una sensación
de liberación mental, de no tener que
continuar con esos cuidados que seguíamos hasta ahora, en especial, si estos cuidados venían impuestos. Normalmente, esto sucede por ver esos cuidados como algo temporal y no como unas prácticas saludables para incorporar en el día a día de forma permanente.
• Si a esto le sumamos todos los cambios que la
llegada del bebé conlleva en nuestras rutinas diarias, es
normal que se establezcan, por necesidad y supervivencia,
nuevas prioridades, siendo nuestro bebé la más importante,
y pasando nosotras a un segundo plano. Y, con ello, nuestra
alimentación se convierte en una de las víctimas, ya que pasa
a estar más descuidada en la mayoría de los casos.
Al convertirnos en mamás, nuestro descanso y las actividades que
nos permiten desconectar para recuperarnos mentalmente y cargar baterías también se ven alteradas. En consulta, me encuentro a muchas mamás así, desvitalizadas y cansadas física y mentalmente. Les preocupa su salud y acuden para recuperar esa energía que han ido perdiendo sin darse cuenta. Sentir que no llegas a todo, o incluso que te ves desbordada, es frustrante y desalentador.
LA IMPORTANCIA DE CUIDAR TU ALIMENTACIÓN
• Lo que te llevas a la boca importa y se refleja en tu salud y energía para afrontar el día. Esto no solo lo notarás tú, también tu bebé, que depende de ti exclusivamente los primeros meses. Y es que, a pesar de que el cuerpo es sabio y puede tirar de reservas para poder afrontar la lactancia, se trata de una etapa muy demandante y debemos acompañarnos. No solo estamos produciendo el alimento idóneo y exclusivo durante los primeros seis meses de vida de nuestro bebé,
sino que, además, el cuerpo está regenerando físicamente todo lo que la gestación y el parto conlleva, y esto requiere tiempo y paciencia.
• La acumulación de días, semanas o meses descuidando la alimentación, descansando mal
y poco y no dándote momentos para cuidarte, te llevan a recurrir
a comidas rápidas poco saludables. Comidas que potencian la sensación de placer, pero se trata de un placer fugaz, que viene seguido de ganas de comer más
y más, desencadenando una adicción a estos productos debido a sus aditivos. Además, estos productos, generalmente, ultraprocesados, son deficitarios nutricionalmente, y se convierten en uno de los responsables de sentirte desvitalizada y con falta de energía. La manera en la que te alimentes va a condicionar cómo vivas
la lactancia y el posparto.
En consecuencia, poner conciencia e importancia en tu alimentación debe ser algo prioritario.
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