Page 47 - Mi bebé y yo 363 - Noviembre/Diciembre 2024
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                   Las ventajas de los tarritos
• Los tarritos envasados son una solución práctica y cómoda para los papás y las mamás, pues permiten ahorrar tiempo en la cocina. Si no hemos tenido tiempo de comprar productos frescos y cocinarlos, los tarritos son una buena opción para solucionar una merienda, una comida o una cena.
• Resultan ideales para las comidas fuera de casa, los viajes
y las vacaciones, pues están envasados al vacío y se mantienen en perfectas condiciones durante mucho tiempo.
• Están fabricados bajo estrictos controles de seguridad e higiene. Además, en su envase, se ofrece información detallada sobre
su proceso de elaboración, sus ingredientes y su valor nutricional, lo que nos ayudará a elegir el más adecuado para nuestro bebé.
• Utilizan ingredientes seleccionados específicamente para la alimentación infantil, respetando la correcta proporción de cada alimento y prescindiendo de conservantes, colorantes y demás aditivos innecesarios y perjudiciales.
• Gracias a su variada composión, el niño descubre nuevos sabores y se facilita una alimentación variada y equilibrada.
  • Al principio, el alimento debe triturarse
o rallarse, para adecuarlo a la capacidad
de deglución y de masticación de los más pequeños. Después, se le podrán ofrecer texturas cada vez más sólidas, hasta darle trocitos o alimentos enteros, que el pequeño pueda morder y chupar.
• Es importante empezar por pequeñas dosis, para que el bebé se acostumbre al nuevo sabor, e ir aumentando poco a poco la cantidad.
• Se recomienda no introducir varios alimentos a la vez, sino dejar esperar unos días entre ellos. No hay que preocuparse si el bebé rechaza
un nuevo alimento; a veces, será necesario ofrecérselo varias veces para que lo acepte.
• Se deben valorar las necesidades de cada bebé, sus tiempos y modo de aprendizaje.
Hay que respetar las señales de hambre
y saciedad del niño, y nunca forzarle a comer.
• La fuente básica de lácteos del bebé debe
ser la leche materna o, en su defecto, la fórmula de continuación.
• La dieta debe ser equilibrada y no hay que favorecer un exceso de proteínas, pues su consumo elevado, en especial, de aquellas de
origen animal, se relaciona con un aumento de la obesidad y enfermedades cardiovasculares. Las proteínas deben suponer entre un 12-15% de la dieta diaria y deben tener un origen también vegetal (por ejemplo, legumbres).
• No hay que añadir sal ni azúcar a la comida,
para acostumbrar al bebé al sabor natural de los alimentos y no fomentar en él una especial predisposición hacia la comida dulce o salada. Asimismo, se deben evitar los precocinados, los embutidos o la bollería.
• ¿Y si prefieres practicar el Baby-Led Weaning (BLW)? Este método consiste en ofrecer
al bebé alimentos en forma de trocitos
ya desde el principio, para que él solito pueda cogerlos con las manos, llevárselos a la boca, manipularlos y experimentar con ellos.
• Es importante darle alimentos blandos
y cocinados, que el pequeño pueda
aplastarlos fácilmente con la lengua
o las encías, para evitar atragantamientos.
• Con el BLW, el niño descubre el verdadero sabor y la textura de los alimentos, aprende a comer solo y a controlar su apetito, y se facilita el desarrollo de la masticación y la coordinación ojo-mano.
Mibebeyyo #47#



































































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