Page 70 - Mi bebé y yo 344 - Octubre/Noviembre 2021
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Gema Magdaleno del Rey
Matrona de Atención Primaria (Madrid)
INFECCIÓN DE ORINA
LOS CAMBIOS FISIOLÓGICOS PROPIOS DEL EMBARAZO FACILITAN LA PRESENCIA DE ESTE TRASTORNO. SU DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO ES DE VITAL IMPORTANCIA PARA LA SALUD DE LA FUTURA MAMÁ Y EL BEBÉ.
 Las infecciones de las vías urinarias son muy comunes en el embarazo. Pueden aparecer en cualquier trimestre (y también en el
posparto) y no implican, en ningún caso,
una falta de higiene por parte de la mujer.
• Las infecciones de las vías urinarias más externas son las más frecuentes (como las conocidas cistitis). Se manifiestan a través de dolor, escozor o ardor al orinar, e incluso puede aparecer sangre en la orina. La infección puede profundizar y extenderse a las vías urinarias más
Las infecciones de orina se producen por los cambios hormonales
y anatómicos típicos de este período: cambia el pH de los genitales y de la orina, y la uretra y los uréteres se ven desplazados por el volumen del útero. Todo ello predispone a que los gérmenes puedan penetrar y proliferar en el aparato urinario con más facilidad.
altas y llegar al riñón. En este caso, los síntomas son mucho más alarmantes, y aparece dolor en la zona lumbar, fiebre, vómitos y malestar general.
• No obstante, muchas veces, las infecciones
de orina son asintomáticas, por lo que la mujer no nota ningún tipo de molestia. Por esta razón, en cada trimestre, junto con la analítica de sangre, se realiza también un análisis de orina, para descubrir si hay algún tipo de infección urinaria que la mujer pueda no haber notado.
EL TRATAMIENTO ADECUADO
Siempre que sospechemos de una infección de orina, debemos acudir inmediatamente
a nuestro médico o al Servicio de Urgencias.
• Una infección de orina durante el embarazo debe ser tratada siempre, puesto que puede complicar la salud de la mujer y tener consecuencias negativas para el embarazo, especialmente, en forma de contracciones, que pueden desencadenar un parto prematuro. • El médico prescribirá antibiótico siempre que sea necesario, utilizando aquellos
que, por supuesto, sean compatibles
con el embarazo y no perjudiquen al bebé. Nunca, en ningún caso, la mujer embarazada debe automedicarse o utilizar remedios caseros para tratar una infección de orina.
• Aparte del tratamiento analgésico y antibiótico, es conveniente beber mucho líquido para limpiar todas las vías urinarias, y tomar zumos de cítricos y frutos rojos para acidificar el pH de la orina y que los gérmenes no puedan crecer.
Gema Magdaleno del Rey
Responderá a las preguntas de los lectores sobre este tema en el e-mail: gemagdaleno@yahoo.es
 #70# Mibebeyyo
Un trastorno frecuente en el embarazo









































































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