Page 40 - Mi bebé yo 347 Marzo-Abril 2022
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#alimentaciónbebésyniños
¿Por qué no hay que obligar al niño a que
se acabe el plato?
• Nunca hay que obligar a un niño a comer. Los niños, como el resto de los seres vivos, nacen con
la capacidad de autorregular
su ingesta en función de sus necesidades, respondiendo a sus señales  siológicas de hambre
y saciedad. Por tanto, se debe permitir a los niños decidir qué y cuánto comer, entre una selección de alimentos saludables. Así lo reconoce la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Academia Americana de Pediatría (AAP),
la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras entidades de referencia. Nuestra responsabilidad como adultos es proporcionar alimentos saludables y en cantidad su ciente, pero ellos se encargan de decidir qué y cuánto comer.
• Obligar, castigar, sobornar
o presionar a un niño a comer
por encima de su voluntad, además de ser antiético, puede tener consecuencias de por vida. Estas estrategias no solo no ayudan a que los niños coman más, sino que se asocian con una menor ingesta de alimentos, con consecuencias psicológicas, como traumas, obsesiones y aversiones dietéticas, y con un mayor riesgo de obesidad. Además, incrementan el riesgo de padecer trastornos
de la conducta alimentaria,
como anorexia y bulimia.
• Respetar el apetito de los más pequeños, comer con ellos en un ambiente agradable y ser ejemplo es la mejor estrategia. No hay que preocuparse por las cantidades, pues el hambre del niño será la mejor guía.
¿Por qué los niños dejan de comer o rechazan determinados alimentos? Existen diferentes motivos por los que los niños pueden reducir su ingesta, rechazar ciertos alimentos
o dejar de comer.
• Normalmente, cuando ocurre alrededor del año, se debe a causas  siológicas. El crecimiento supone un 35% de los requerimientos energéticos diarios, que disminuyen progresivamente a partir del primer año de vida. En concecuencia,
los niños a partir de los 12 meses crecen más lentamente y comerán proporcionalmente menos.
Este cambio  siológico, unido
a otros cambios emocionales, suele provocar lo que se conoce como anorexia o hiporexia de los 12 meses. • Otro de los motivos habituales
es lo que se conoce como neofobia alimentaria. Se trata del rechazo
a nuevos alimentos, alimentos en un formato desconocido e incluso a alimentos asociados a experiencias negativas. Es muy habitual entre los 2-3 años, pero puede aparecer a los 12 meses y alargarse hasta los seis años. Se trata de un comportamiento instintivo y normal en el desarrollo
y tiene su origen en la evolución humana. Es un mecanismo para protegerse de los alimentos que puedan comportar un riesgo
por ser venenosos. Por eso, es tan frecuente que se dé con alimentos de origen vegetal.
• Pero existen muchos más motivos.
Puede deberse a cambios en su rutina, al nacimiento de un hermano, al inicio de la escuela infantil, a un resfriado... Incluso, muchas veces,
el pequeño está comiendo lo que necesita, pero la familia es la que cree que “está comiendo poco”;
es decir, existe un desequilibrio entre lo que el niño come y lo que la familia espera que coma.
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