Page 38 - Mi Bebé y yo 357 · Noviembre-Diciembre 2023
P. 38
#primerasvisitasalespecialista
UN AMBIENTE A MEDIDA DEL NIÑO
• Estas primeras visitas al odontopediatra con solo un año
y al ortodoncista a los seis años de edad deben ser agradables,
y realizarse con cariño por parte de los profesionales, que deben facilitar un entorno amigable para el niño. Esto es algo fundamental para que, en el futuro, acudir al dentista no genere ansiedad ni temor al pequeño.
• La prevención siempre es nuestra mejor herramienta. Llevando a nuestros hijos a estas edades por primera vez y, después, acudiendo periódicamente a revisiones, conseguiremos detectar cualquier pequeño problema de forma tan precoz que su solución será siempre mucho más sencilla. Os animo a introducir las visitas al odontopediatra y al ortodoncista dentro de la rutina de prevención de la salud de vuestros peques.
#38# Mibebeyyo
¿Qué se valora
en la primera visita con el ortodoncista?
Durante esa primera visita,
el ortodoncista observará los siguientes factores:
• Si el tamaño del maxilar es normal,
es decir, que no es muy estrecho ni demasiado ancho en relación con la mandíbula.
• Si la mandíbula es grande o pequeña,
y si está centrada o desviada.
• Si los dientes de arriba y los de
abajo están bien relacionados entre sí. Los de arriba no deben estar demasiado hacia fuera ni por detrás
de los de abajo.
• Si el pequeño respira bien por la nariz. El hecho de que un niño o niña no pueda respirar bien por la nariz
le obliga a estar siempre con la boca entreabierta para poder respirar,
y esto produce serias modificaciones en el crecimiento normal de la boca, los dientes y la cara, que, detectados a tiempo, se pueden corregir.
En estos casos, es muy importante
la colaboración entre el ortodoncista, el otorrino y el logopeda, para diagnosticar la o las causas que
en cada paciente están provocando ese patrón de respiración oral en lugar de nasal.
• Si existen malos hábitos, como la succión digital (chuparse el dedo), el uso prolongado del chupete más allá de los tres años o una alimentación excesivamente triturada. En este sentido, encontramos de forma muy habitual a niñas y niños que comen todos los alimentos muy procesados y blandos, lo cual requiere poco esfuerzo masticatorio. Hay que tener en cuenta que la masticación es un ejercicio y un estímulo necesario para el correcto desarrollo de la musculatura que rodea la boca, los maxilares y los dientes.
Los niños deben comer pan de barra, no pan de molde o bollería, la fruta,
a mordiscos, y la verdura, entera,
y no abusar de zumos, purés y cremas.