Page 46 - Mi beé y yo 362 - Septtiembre/Octubre 2024
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#cómoreconocerlaytratarla
• El paciente debe tener o haber tenido lesiones cutáneas pruriginosas (con picor) en el último año. Además, debe presentar tres de los siguientes hallazgos:
- Antecedentes de afectación de los pliegues cutáneos antecubitales (de la flexura del codo), huecos poplíteos (zonas de flexión de las rodillas), cara lateral de los tobillos, cuello y zona periorbitaria.
- Historia personal de asma o rinitis alérgica
(o historia de enfermedad atópica en un familiar de primer grado en un paciente menor de cuatro años).
- Historia de sequedad cutánea (xerosis) generalizada en el último año.
- En niños de cuatro años o más, inicio antes de los dos años de vida.
- En menores de cuatro años, dermatitis en zonas de
flexión, mejillas y cara externa de extremidades.
Para el diagnóstico de dermatitis atópica,
no son determinantes las pruebas de laboratorio.
• Aproximadamente, un 80% de los pacientes presenta niveles séricos elevados de IgE, que suelen disminuir con un mejor control de la inflamación de la piel.
Todo ello apoya que las reacciones alérgicas desempeñan un papel importante en la dermatitis atópica, aunque no son equiparables.
• Alrededor del 30% de los niños que comienzan
esta enfermedad en las primeras semanas o meses de vida (inicio precoz) desarrollará rinitis alérgica
o asma, constituyendo la llamada marcha atópica.
Los factores de riesgo para su desarrollo son la edad de inicio temprana, la gravedad del proceso, un pobre control del mismo y unos niveles elevados de IgE.
¿EN QUÉ CONSISTE
SU TRATAMIENTO?
• El tratamiento para la dermatitis atópica se apoya en dos vertientes fundamentales: el tratamiento curativo de las lesiones y el tratamiento preventivo, dirigido
a conseguir una calidad de piel lo más normal posible, menos predispuesta a la aparición de las lesiones eccematosas y al picor, que es causa de complicaciones por el rascado (impétigo).
• La familia debe saber que se trata de una afección crónica, que no se cura, pero que mejora con la edad y con un tratamiento correcto, tanto curativo como preventivo.
• El tratamiento de las lesiones de la dermatitis atópica va dirigido a reducir los síntomas (prurito cutáneo y eccema), disminuir la inflamación, prevenir las exacerbaciones y reducir al máximo los riesgos del tratamiento (un corticoide tópico usado con mucha frecuencia puede ocasionar atrofia cutánea).
• Los dos pilares fundamentales en el tratamiento son la hidratación adecuada de la piel y el uso de corticoides tópicos, siempre por indicación médica, del pediatra o del dermatólogo pediátrico, quien,
en casos más graves o recalcitrantes, dispone de otros medios, como los vendajes húmedos, la fototerapia
de banda ancha, los corticoides sistémicos (por vía oral) o un medicamento biológico, entre otros.
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