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LO QUE HAY QUE COMPROBAR
Hay que pensar en las propias necesidades: en función del terreno en el que habitualmente se utilizará la silla, la compra podría variar. Este factor puede determinar la elección entre un tipo de ruedas u otro. También se debe tener en cuenta el peso y la talla del niño (algunas sillas están destinadas a los más pequeños, mientras que otras se pueden utilizar hasta pasados los tres años).
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La silla debe ser segura y estable. Para comprobarlo, se debe reclinar el respaldo todo lo que se pueda, ejercer presión con la palma de la mano hacia abajo, a la altura en la que se situaría la cabeza del niño, y asegurarse de que las ruedas delanteras no se elevan.
El chasis se debe poder abrir y cerrar fácilmente. Para impedir su cierre accidental, la silla debe estar provista de un dispositivo de bloqueo de doble seguridad.
El asiento tiene que estar bien tensado y no tocar la estructura metálica en ningún punto.
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La silla debe disponer de un arnés de seguridad
de cinco puntos, que se ajuste de manera sólida
y fiable al cuerpo del niño, y que se pueda abrochar y desabrochar fácilmente. El arnés debe utilizarse siempre que el niño esté en la silla.
Los frenos deben bloquear la silla perfectamente, y se deben poder accionar y desactivar fácil
y rápidamente.
con frecuencia, mejor si se hace a baja temperatura, para no dañar los colores.
• Poliéster. Es una bra sintética más resistente que el algodón a los rayos del sol. Su principal ventaja es su practicidad: si se ensucia, puede limpiarse fácilmente con tan solo pasarle un trapo humede- cido en agua, y sin tener que ex- traer y lavar todo el revestimiento. También se seca más rápidamente que el algodón.
• Tejidos de composición mixta. Presentan características interme- dias entre el poliéster y el algodón. Tienen sus pros y sus contras: se ensucian más fácilmente que el poliéster, pero son más resistentes que el algodón.
EL CHASIS
Suele estar fabricado con tubos de aluminio, ligero y resistente, o de acero, y con material plástico en
los puntos de unión. Puede ser cro- mado o barnizado con sustancias atóxicas y resistentes a la acción de los agentes atmosféricos. Tam- bién podemos encontrar chasis se- micromados, con partes cromadas y partes pintadas.
Los chasis casi siempre están di- señados para poder plegarse de forma compacta y permanecer en posición vertical una vez plegados.
¿CÓMO SE PLIEGA?
La practicidad de una silla de pa- seo se encuentra relacionada, en parte, con la facilidad con la que se pliega. De hecho, existen algunos modelos que incluso se pliegan so- los, gracias a su cierre automático. Veamos qué tipos de plegado exis- ten actualmente en el mercado:
• Plegado tipo paraguas: ocupa muy poco espacio cuando el cha- sis está cerrado (se coloca perfec-
tamente en el maletero de un co- che), es ligero (alrededor de 6 kilos) y manejable.
• Plegado telescópico: las sillas con este tipo de cierre son muy cómo- das, gracias a su asiento más ancho, y, aunque pesan más (unos 6-8 ki- los), siguen siendo manejables.
• Plegado tipo libro (compás o plano): suele corresponder a los modelos de cochecito que se trans- forman en sillas de paseo, carac- terística que permite utilizarlos desde el nacimiento del bebé. Sin embargo, en general, son más pe- sadas respecto a los otros modelos, en parte, porque disponen de rue- das más grandes y de un manillar más amplio.
RUEDAS: ¿GRANDES
O PEQUEÑAS?
El tipo de ruedas que elijamos de- pende de la super cie en la que la
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Guía de Compras Mi bebé y yo | 45
Foto: Chicco