Page 6 - Prb Boletin Rocio 2019
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A caballo la aurora

        A caA caballo la aurora
        viene corriendo.
        Luceros de la noche
         se van juyendo,
        viene la aurora en un caballo negro
        de blanca cola.
                                                               ( M. Sánchez Nogales.1936)

        No sé qué tiempo hacia que aquel pavoroso  y repentino  estruendo  había teñido de
        cal aquel  celureo  celaje  pero  estaba  claro  que  no había  podido  sacarme  de la
        ensoñación  y la modorra  que me aturdía . Ni siquiera  aquel repiqueteo  rufante  que
        acompañaba  la gaita de fresno, en su melodía al alba, del bizarro tamborilero  había
        conseguido  ponerme  en planta . Ni el trajín  de los espoliques  con  los aperos     al
        hombro  ensillando  los  caballos , que  piafan  nerviosos , conseguían  que  mis
        entumecidos huesos se quejaran y ahuyentaran la duermevela.

        Aquella  voz ronca  ,desgastada  de risas y cantes  y de trasegar  manzanilla , era la
        señal de la diana aunque no atinaba a sacarme del marasmo:

        -Buenos días romero, acertó a saludarme cimbreando las lonas de aquel improvisado
        dormitorio, como cada alba.

        Mi voz sonó susurrante y somnolienta, Buenos días primo.

        Mientras esperaba aquel café de puchero humeante y una tostada rociada de aceite,
        acepté  aquella  copa  de aguardiente  con que los romeros  nos descombramos  la
        garganta  al amanecer . La comitiva  empezaba   a recoger  los trebejos , a doblar  la
        qechuas  sin ninguna  destreza , apiñando  atavíos sucios con limpios y cada cual se
        adecentaba como y donde podía. En la bodega de la carreta se urden como pueden:
        colchones , mantas , ollas  y peroles , sillas  y vituallas . Se  preparaba  el altar  de

        campaña para la misa y aparecían los trajes cortos y zahones, la camisa blanca y la
        faja de colores, y el sombrero  de ala ancha en la mano. Los faralaes  almidonados ,
        los mantones  que olvidan  a los ponchos , las peinetas  y las mejillas  empolvadas  y
        veía anubada a la  caravana empezar otro día.
        A esa hora mi cuerpo no se quejaba; dos aguardientes , una risa por las cosas del día
        y la noche  anterior , la primera  sevillana , esa  mirada  complaciente  tuya  gitana
        devorando mis deseos, el abrazo con el primo y .....y un deseo intimo que llevaba mi
        alma peregrina en plegaria. Rueda una furtiva lágrima; y van....
        Al frente  de la Hermandad  un caballista  joven , impecable , lleva  enarbolado  el
        banderín de camino, azul salinero con letras doradas: San Fernando.
        Los mulos briosos de Jesús, el carretero, aventan la senda con alegría por aquellas
        arenas molidas de tantas pisadas llenando la mañana del tintineo de sus campaniles
        con sus solemnes cabeceos, de la carreta isleña del Simpecado; esa nave marinera
        blanca en cuyos amures revienta el sol del Rocío.
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