Page 29 - LIBRO MIA_2020
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El reloj no se detuvo Tu cuerpo se desvaneció
la entrada quedó entreabierta tu alma se quedó a mi lado
el viento se coló en nuestras almas tus piernas te llevaron lejos
hibernando nuestros corazones y un cráter de amor volcánico
se apagó con lágrimas
Pero,
cuando cerraste nuestra vida
¡la última puerta!
la calle nos golpeó con su ruido
el jardín se marchitó de súbito
y me quedé solo
como besando el suelo
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