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Sueña y escribe



                           armadas de los países europeos llegaban a la zona

                           de  cuarentena.  Bresnikov  ordena  a  todos  sus
                           hombres  aún  con  vida  a  formar  una  zona  de
                           contención  en  la  puerta  por  la  que  llegarían  los

                           pelotones  de  defensa.  Durante  una  intensa  media
                           hora, ya no quedaban hombres ni armas para lograr

                           contenerlos  más  tiempo.  La  esperanza  y  moral  de
                           todos  los  hombres  supervivientes  estaban  por  el

                           suelo.  Este  final  parecía  inevitable.  Pero  Khovacs
                           tiene el último As bajo la manga para librarse de los

                           parásitos.  Utilizar  una  bomba  prototipo  tipo  F-24
                           que congela todo lo que hay alrededor. Esto podría
                           darles el suficiente tiempo para sobrevivir y salir de

                           la  zona.  Él  lo  lanza  y  congela  toda  la  horda  de  la
                           especie  infecciosa  que  se  les  aproximaba  lo  cual

                           aprovecharon para acribillar a esos monstruos y salir
                           de  la  zona  mientras  los  cazas  estadounidenses

                           bombardeaban el lugar con bombas de racimo y las
                           fuerzas  terrestres  entran  para  acabar  con  la

                           infección. Takeshi y Aleksei lograron escapar con su
                           equipo  en  un  helicóptero  de  rescate  Ukraniano
                           dirigiéndose al centro de operaciones en Berlín para

                           relatar  todo  lo  que  sucedió  y  prepararse  para
                           combatir  contra  eso,  momentos  después  de  la

                           evacuación,  Bresnikov  nota  al  científico  en  un
                           estado  deplorable  y  lo  trata  de  examinar  para  ver

                           qué le sucedía. Al levantarle la camisa nota una gran
                           mordida en medio de su pecho, uno de esos bichos

                           trato de infectarlo. Todo el mundo quedó en shock,
                           aleksei era consciente que el único capaz de saber
                           exactamente           contra       qué       nos      estábamos

                           enfrentando  era  khovacs,  en  un  estado  de
                           desesperación           mientras         todos        intentaban




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