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Sueña y escribe



                           finalmente tener una vida normal sin que nadie nos

                           descubra.
                                                     DECISIONES
                                           Maria Jimena Pérez Serrano


                           Ojalá aquella noche  no hubiese ido a tomar con mis

                           compañeros,  sabiendo  que  lo  que  hice  está  mal,
                           pero  era  inevitable  supongo,  pues  ya  que  todos

                           somos  abogados  que  hacen  todo  lo  que  esté  a  su
                           alcance  con  tal  de  ganar  dinero  y  mantenerse

                           ejerciendo su labor. Debido a esto  nuestros temas
                           de conversaciones eran mayormente sobre los casos
                           en los que trabajamos, lo curioso es que cualquier

                           extraño  puede  decir  que  nunca  se  hubiera
                           imaginado eso de mí, y que no se esperaría que algo

                           como lo que sucedió hubiese pasado ya que era un
                           día  normal,  como  cualquier  otro,  todo  empezó

                           sencillamente con un abrir y cerrar de ojos.


                           Quien  diría  que  cosas  como  las  que  sucedieron
                           ocurrirían repentinamente, lo curioso es que ese día
                           pudo haber sido uno más del montón de no haber

                           sido  por  lo  que  hice  en  ese  entonces,  ojalá  nunca
                           hubiera  aceptado  esa  oferta  al  saber  todo  lo  que

                           desató,  de  haberlo  sabido  no  lo  hubiera  hecho
                           nunca  y  no  les  estaría  contando  a  mis  amigos  y

                           compañeros  pero como no puedo retroceder en el
                           tiempo estoy aquí.


                           Ese  día  comenzó  como  cualquier  otro,  aparentaba
                           ser  un  día  más  del  tedioso  trabajo,  en  una  oficina

                           que era tan silenciosa que se escuchaba cuando las
                           manecillas  del  reloj  giraban  o  el  teclado  y  la




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