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como regalo a George Washington. Es de suponer que éste agradeció la
ayuda militar prestada en su momento, pero, una vez conseguida la
demolición de La Bastilla, una vez tomada, para después enviar sus llaves
de voluntarios en ayuda de los colonos. Este es el mismo Lafayette masón
que tomó parte en los sucesos de la Revolución francesa y que ordenó la
protestante llamado G. W. Snyder y en la que decía: «No tengo la menor
doctrina de los Iluminados y los extendido en Estados Unidos. Al contrario, nadie está más convencido que yo. Lo que pretendo exponeros es que no creo que las logias de nuestro país hayan buscado, en tanto que asociaciones, propagar las diabólicas doctrinas de los primeros y los perniciosos principios de los segundos, si es que es posible separarlos», pero luego reconocía que «lo que hayan hecho las indi
el propio primer presidente estadounidense escribió en 1798 a un pastor
independencia, se mostró más reacio a relacionarse con los masones
franceses. Temía la infiltración de los Illuminati, como refleja la carta que
nobiliario de marqués de Lafayette, que encabezó una expedición militar
Atlántico se concretó en casos como los del antiguo impresor
El movimiento de masones, e Illuminati, entre ambos lados del
visitar, entre otros, una biblioteca con más de veinte mil libros sobre la
Paul Yves Roch Gilbert du Motier, bastante más conocido por su título
con las sociedades secretas de Londres y París, o el francés Marie Joseph
norteamericano e inventor del pararrayos Benjamín Franklin, que contactó
masonería, un museo dedicado a Washington y la réplica de una logia.

intención de poner en duda que la
principios del jacobinismo se han
evidente para permitir la duda».

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