Page 169 - [1library.co] l la era de las maquinas espirituales kurzweil
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una cantidad infinita de pasos. De modo que la primera conjetura de
cia, la solucíón de estos imposibles problemas gade!ianos requiere
no es problema 167
bres porque sólo pueden obedecer a un algoritmo. Un algoritmo no
números naturales, existep inevitablemente proposiciones cuya verdad
y cuya falsedad son igualmente indemostrables. Era ótra de las visiones
Un corolario del teorema de Gade! es que hay proposiciones ma·
maso Teorema de lncompletitud de GódeJ -al que se ha considerado
sistema matemático lo suficientemente poderoso como para generar
el teon;:ma más importante de las matemáticas-, establece que en un
Penrose es que las máquinas no pueden hacer lo mismo que los hom-
puede resolver un problema godeliano insoluble. Pero los seres hu-
temáticas que no se pueden decidir mediante un algoritmo. En esen-
tos seres humanos son tnejoreI, Penrose sigue diciendo que los seres humanos pueden resolver problemas insolubles porque la computación de nuestro cerebro es de índole cuántica. En consecuencia, en respuesta a la crítica según la cual las neuronas son demasiado grandes para manife~tar efectos cuánticos, Penrose citaba pequeñas estructuras de las neuronas lla- Sin embargo, la prime
manos sí que pueden. Por tanto, 1. 2. de pasos. 3.
I del siglo xx que perturbaban el orden del pensamiento del XIX. madas microtubulares, capaces de computación cuántica. res humanos son intrínsecamente superiores a las máquinas- convincente, al menos por tres razones. han demostrado ser mejores que las de los seres humanos. aún se queda corta en computación infinita.
como el receptor del mensaje acceden a usa ligados, lo que se a velo- provocaría la desco- Nos muy útil. runiva. puesto que provocaría una descohesión cuántica Obsérvese que lo que en la criptografía cuántica transmitimos en La perspectiva de que los ordenadores compitan con todo el abani- co de las capacidades humanas provoca sentimientos apasionados y a menudo críticos, así como no poca argumentación s
Tllnto el ~mi~()1' aleatorias de Jos fotones decisiones para codificar y descodificar el mensaje, respectivamente. De modo que lo que comunicamos es aleatoriedad -no información- cidades mucho mayores que la velocidad de la luz. La única manera cn que podemos convertir las decisiones aleatorias de los fotones en información es que editemos la secuencia al azar de las decisiones de los fotones. Pero la edición de es
iil(I)J'J))lJ~'jl)I), idénticas la L'scuch;l 1:1 queda preservada.. 166