Page 114 - El libro de Enoc
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con las aguas y ese valle donde estaban los Vigilantes que habían
seducido a la humanidad, arde bajo la tierra.
De sus valles salen ríos de fuego donde son castigados esos
Vigilantes que han seducido a quienes habitan sobre la tierra.
Esas aguas servirán en estos días a los reyes, a los poderosos y a
los dignatarios y a aquellos que habitan sobre la tierra, para salud
del cuerpo y para castigo del espíritu, pero su espíritu está lleno de
codicia y su carne será castigada porque han rechazado al Señor de
los espíritus. Serán castigados diariamente y aun así no creerán en
el Señor de los espíritus.
Tanto como su cuerpo es quemado severamente, se produce un
cambio en su espíritu por los siglos de los siglos, porque nadie
profiere una palabra vana ante el Señor de los espíritus.
Porque el juicio vendrá sobre ellos a causa de que ellos creen en el
deseo de su carne y rechazan al Espíritu del Señor.
En esos días hubo en esas aguas un cambio, pues cuando los
Vigilantes son castigados en ellas las fuentes de agua cambian de
temperatura, y cuando los ángeles suben las aguas se vuelven
frías].
Oí a Miguel hablar y decir: «Este juicio en el que los Vigilantes son
sentenciados es un testimonio para los reyes y los poderosos que
dominan la tierra; (2P 2:4)
porque estas aguas de castigo proporcionan salud a los cuerpos de
los reyes y curan la concupiscencia de su carne, sin embargo ellos
no creen ni ven que esas aguas cambiarán y se convertirán en
fuego que arderá para siempre». (Mt 3:12)