Page 297 - La guerra inutil-ARVEUS
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“La guerra inútil”
me da más risa que cuando alguien le llama
"compadre" a alguien sin serlo. Yo creo que el
compadrazgo aquí es cosa seria. Es una distinción
que se gana y que se honra. Es una formalización
de la extensión de la familia hacia un amigo que
se distingue del resto de los amigos. Se hace
compadre a unos cuantos y se les guarda por
siempre. Mi mayor premio de estos años es el
orgullo de llevarme tres compadrazgos. 10 años,
decenas de amigos y solamente tres compadres.
La comida. Es comida sencilla, pocos platos,
simples, sin sofisticación, sin adornos. No podía
ser de otra forma. Es un recordatorio de lo que es
esta gente. Comida sencilla, casi adictiva, que se
lava mejor con una Carta, Platillos que recuerdan
cada día en la mesa la extraordinaria capacidad
de los regiomontanos de hacer cosas
excepcionales con muy poco. Yo no sé qué voy a
hacer sin una dosis al mes de chicharrón de la
Ramos, sin unos frijoles con veneno, sin los tacos
mañaneros, sin un atropellado del Botanero, sin
una barbacoa de esa que no es de borrego, sin un
lechón al ataúd, sin un ribeye a la sal, sin una
riñonada del Gran San Carlos, sin una cabecita de
cabrito de Las Palomas. Me llevo puestos 10 kilos
de recuerdos de todas las mesas que compartí, de
todas las amistades que alimenté en la mesa.
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