Page 26 - JUBILACIÓN ANDREA MAGAZINE
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Andrea Martínez Reyes P a g i n a | 25
Recuerdo... cuando era adolescente, con todo lo que ello
conlleva, que mi madre, tras una discusión de las que abundan en
esa etapa, me sentó y me dijo que no me moviese hasta que le
dijera que era para mí una madre. Aquello me caló. Que iba a ser
una madre sino lo más importante de mi vida???
Me costó mucho hacer aquella reflexión, por la mezcla de
sentimientos y emociones que me vinieron a la cabeza, así como a
borbotones.
No sé, pero al ponerme a escribir algo sobre Andrea, me ha
venido ese recuerdo tan bonito, donde mi madre me" paró", para
que me reubicarse en esos años tan convulsos.
Cuando mi hija Valle entró al cole, por primera vez, iba
temerosa, con la carita de novedad y de intentar estar a la altura.
Después de la presión que les metemos a veces a los niñ@s, con la
maravillosa idea de! " es fantástico ir al cole de mayores"!
Yo, que no me quedé tranquila, cuando entró con un
"puchero" a la clase, logré saltar los obstáculos y asomarme , cuando mis ojos la buscaron y presuponían
que se mascaba la tragedia...de repente la vi...allí bailando al son de una profesora que a primera vista , en
la fila, no me entró mucho por el ojo.. jajaja...
La vi sería, " menudo hueso" pensé yo. Ilusa de mí.
Ella, Andrea, durante meses, mantuvo la distancia con los padres en general, quería conocer a los
niñ@s... y no se daba mucho , así que así fueron pasando los días, y yo, por supuesto, seguí pensando..."
“menudo hueso"
No recuerdo qué día, algo cambió, y aquella profesora misteriosa e inaccesible, que tenía
encandilad@s a nuestr@s hij@s, comenzó a implicar a los padres en su maravillosa idea de educar y
enseñar, es la reina.
Fueron unos años inolvidables, dónde cada día era una novedad, una aventura y ella nos permitió
vivirlo con nuestros hijo@s.
Visitas apasionantes a la pescadería del barrio, talleres de alimentación en clase, mercados de
abastos en pleno parque de las ciencias poemas de los que nunca se olvidan… canciones, muchas
canciones y mucho amor en todo ello.
Y... así pasó, de repente me di cuenta que aquella mujer había sembrado algo en mi corazón, que ya
nunca iba a desaparecer.
La quiero mucho, la tengo en mis mejores recuerdos y poco a poco, tuve la suerte de que fuese mi
amiga…alguien muy especial, aún no se verbalizar lo que ella es para mí.
Para mi hija su mejor profe, sus mejores recuerdos, su seño de su alma. Nos va a costar mirar a esa
aula mágica llena de sueños y experiencias sin verla en la puerta. Pero tenemos nuestras vivencias junto
ella, y su cariño, para siempre.
Te queremos muchísimo. GRACIAS.
Valle Montes.