Page 105 - JUNIO 2024
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Entre suspiros y pensamientos sublimes sigo escribiendo mis cartas,                         12
                  llenas  de  amor  y  palabras  que  parecen  redundancia...  Pero  dime,
                  ¿decir  “te  cielo”  se  puede  decir  con  otra  palabra  que  no  sea  ella

                  misma? Ahora ya sabes que no: los “te cielo”, los “te extraño” sólo se
                  pueden escribir, así como lo hago yo: siempre sincera, siempre simple
                  y sencilla, porque el amor ya tiene bastante adornos por sí solo.

                  Te abrazo amor, y qué bonito se siente hacerlo aun en la distancia...
                  Desde mi ventana creo mirarte a lo lejos y verte caminar entre tanta

                  gente.

                  Puedo imaginar nuestro encuentro, es tanto tiempo el que lo estoy
                  esperando  que  me  lleno  de  amor  cuando  veo  que  las  hojas  de
                  nuestro calendario caen.

                  Mis  letras  ya  no  saben  esconderse  o  quedar  delatadas  con  cada

                  carta ya escrita.

                  Estos versos saben de un amor sincero, que se cuenta a sí mismo
                  todas sus esperanzas como recién nacidas.

                  Te cielo entre suspiros y pensamientos

                  Tú convertiste todas mis preguntas en respuestas, te volviste en el

                  sueño más anhelado que ahora tengo.

                  Sólo en ti mi alma descansa, porque eres tú lo que más cielo, lo que
                  más añoro y lo que con más recelo en mi interior ahora guardo.

                  Llegaste  a  mí,  y  en  mí  ahora  siempre  permaneces,  conmigo

                  recordándote y reservándote mis sentimientos, mes a mes.

                  Sólo tú eres el dueño de todas mis letras, dueño de mis días y de mis
                  meses y así, un día no muy lejano, serás mi eterno amor.

                  Ya  no  habrá  secretos,  porque  no  existirán  motivos  para  negarnos
                  ante las miradas incrédulas de los demás.


                  Por  ahora  mi  realidad  sigue  siendo  la  misma:  la  de  amarte  de  la
                  misma forma todos los días, asimilando esta inquieta soledad como
                  si fuese tu silenciosa compañía, siempre acompañándome al lado de
                  mi escritorio al inspirarme unas nuevas letras más para servirte de

                  consuelo a ti y a mí, para no ser presa de la desesperación y escribirte
                  triste por pensar que nunca estarás conmigo.
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