Page 1683 - JUNIO 2024
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Cuantas  veces  comienzo  a  escribirte...  quiero  decirte  tanto,  y  tú  en              8
                  espera de palabras observas pensativa como la lluvia moja el camino.

                  Desde tu ventana has visto la misma luna, entre luceros pasa como una
                  novia enamorada después de unos besos y una rosa.


                  La misma luna ilumina mi cielo, los mismos luceros como guardianes
                  fieles de "La Dama de la Noche" me ven cruzar el puente como a eso de
                  las diez, cuando pensando en ti regreso a casa, lugar donde sólo hay
                  silencio, silencio que dejo de escuchar cuando digo tu nombre.


                  Te  hablo, aunque  parezca  una  locura,  te  hablo  mientras  tú  sonríes
                  desde la mesita de noche donde puse con un lindo marco la foto que
                  me diste antes de partir, reflejo tan hermoso de tus ojos que me miran
                  cuando abro los míos a la luz de un nuevo día.


                  - "No desesperes" - me digo.

                  Tú, amor mío estás a la distancia de unos soles y unas tardes vestidas
                  de invierno. Pronto no seré para ti recuerdos, ni una voz al otro lado
                  del teléfono. Pronto lo sé, seremos siluetas jugando en las olas, como
                  chiquillos que no piensan que hay otoños que vendrán, ni aves que

                  emigran.

                  Estaremos  sí  como  antes,  leyendo  yo  tus  versos,  leyendo  tú  mis
                  versos,  no  separados  por  muchos  kilómetros  de  un  mar  que  trae
                  consigo momentos vividos del ayer, como aquella vez que frente a su

                  inmensidad me  mirabas, mientras  yo dichoso  de estar  así  como en
                  éxtasis ante la presencia de un sueño que se cumple, buscaba en mi
                  alma frases que pudieran expresar que eres tú quien mi corazón llama,
                  tú a quien deseaba en las noches largas cuando el frío acompañaba
                  mi espacio, tú con sonrisa dulce y mirada serena.


                  Sabes, he visto sin querer todo aquello que el mundo ofrece, en mi
                  viajar he descubierto lo que nos enseñan en libros, lo que dicen los
                  poetas del egoísmo y la maldad, de la crueldad entre humanos que
                  nacieron  para  ser  hermanos,  una  familia  unida  por  el  amor  y  la
                  bondad.


                  No sé qué decir a veces, pero comprendo que un hombre solo por más
                  que lo quiera no puede cambiar el curso de las cosas, por eso me
                  refugio en este amor que nos une, que nos llena y más que todo espero
                  en las promesas del Todopoderoso que promete un futuro de paz.
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