Page 612 - JUNIO 2024
P. 612
3
En el jardín de tus ojos, mi amor, me pierdo yo, donde la
luna se esconde y el sol se vuelve rojo.
Tu risa, dulce melodía que en sueños desenfoco, es el faro que, en mi noche,
mi corazón provoco.
Amar es un viaje, un vuelo sin motor, un paso en el abismo, un grito en el
silencio, pero contigo, mi bella, es solo un susurro al viento, una caricia suave,
un eterno resplandor.
En la pálida arena de tu piel encuentro solaz, donde mis dedos dibujan
promesas de eternidad, y en el susurro de tu voz, mi febril ansiedad, descubre
en cada palabra, un nuevo compás.
Eres mi luna, mi sol, mi mar y mi cielo, mi risa en los días grises, la paz en mi
desvelo. Eres mi todo, mi nada, mi siempre y mi deseo, mi refugio, mi hogar,
mi dulce consuelo.
Eres, en fin, el latido que en mi pecho resuena, la melodía que en mi alma
eternamente suena.
Eres mi sueño, mi despertar, mi única quimera, mi principio, mi final, mi hoy,
mi siempre, mi espera.
Amarte a ti, mi amor, es mi mayor empeño, un desafío, una lucha, un sueño
tras sueño. Y aunque el camino sea incierto, y a veces da miedo, junto a ti, mi
amor, todo vale el empeño.
Por eso, te entrego este poema, mi amada, como un humilde tributo a nuestra
amada alborada, una promesa eterna, una luz dorada, que, en el jardín de tus
ojos, mi amor, siempre será recordada.
En el cielo de tus ojos me he perdido, tu risa es mi faro, mi camino.
Por ti, dulce amor, todo he vencido, y en cada gesto tuyo, encuentro mi
destino. Bajo la luna y las estrellas, este amor aflora, y cada día que pasa,
más te adoro.
Eres mi paz, mi vida, mi señora, mi corazón al tuyo, siempre implora. Tu amor
es como un río, siempre fluyendo, mi corazón es un barco, siempre remando.