Page 678 - JUNIO 2024
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¿Pero el amor, acaso no es así? Para mí siempre es lindo y grato leer o                     14
                  escuchar las palabras que salen de nuestros labios y corazones. «Te cielo»,

                  «te extraño…» Esas palabras jamás cansan, porque son nuestras.

                  Este amor que tenemos lo hemos sabido cuidar a través del tiempo, y no
                  dejaré  que  se  vaya,  no  me  cansaré  de  escribirte  estas  palabras…  Son

                  nuestras cartas, nuestros sentimientos, y eso jamás podría cansar.

                  Te cielo mi amor, pese a la distancia que hay entre los dos, tú te encuentras
                  aquí mismo, junto a mí, entre todas mis cosas, en mis ropas, en mis libros,

                  y en todo cuanto hay en mi cuarto.

                  Siempre estoy pensando en ti…

                  Es muy bello amar así.


                  Eres tú lo que necesito.

                  Mi querido amor:

                  Qué  felicidad  saber  que  aún  seguimos  con  este  amor,  que  seguimos

                  pensando que un día cualquiera nos abrazaremos como la mar abraza la
                  arena…

                  Siempre seremos ese amor que cada mes o cualquier día se regala letras,

                  palabras que impregno en este pergamino.

                  Para llegar a ti no necesito escribir rebuscadas letras, no, lo nuestro es algo
                  simple pero bello, porque sólo habla nuestro corazón, no es nada de libros,

                  ni obras famosas, sólo letras nuestras, la que nos prometemos cada vez
                  que hablamos sobre lo nuestro.

                  ¿Pensabas mi amor, que este mes no habría carta para ti?, eso es imposible,

                  sólo que a veces doy vueltas en este cuarto que te nombra en todos sus
                  rincones, está tatuado de amor y corazones que vuelan queriendo llegar a

                  tu lado para hacernos creer que estamos juntos y podemos abrazamos.

                  Con nuestras cartas en la mano,  nos quedamos callados los dos, sólo
                  suena  la  música  lejana,  y  nos  inventamos  un  cuento  donde  nos

                  encontramos, donde no existen las distancias, donde no hay una lágrima
                  de ausencia.

                  Sólo vivimos los dos, aislados del mundo, porque lo deseamos así.
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