Page 896 - JUNIO 2024
P. 896

Estás adherida a mi alma, si doy un paso entonces tú también                                13
                  avanzas conmigo.

                  Cuánto  bien  me  has  hecho  a  lo  largo  del  camino.  Te  cielo…

                  ¡Cuánto te cielo!

                  Mi amor, mi pedacito de cielo, cuánto añoro de tus labios un
                  beso.


                  Cuánto quiero verte en este instante y decirte muchas cosas
                  más, porque aún tengo mucho por decirte, hay tanto aún detrás
                  de esa frase, pero no me alcanzan las palabras

                  ¡Y es que no las hay!


                  Para el  amor no  existe  un  diccionario  ni un  alfabeto,  ni una
                  regla  ortográfica  ni  gramatical  definida,  y  aun  así  tiene  el
                  maravilloso don de comunicarse en todo momento, actúa con su

                  propia lógica y posee su característica forma de expresión, sí,
                  así es el amor.

                  ¿Cuáles son las palabras que necesito para hablarle a una célula
                  de mi cuerpo?


                  ¿O al átomo, a un poro o tal vez a la sangre que corre por mis
                  venas?

                  No puedes agarrar a ninguno de ellos y hablarles esperando
                  que entiendan un lenguaje, unas palabras que tratan de explicar

                  algo.

                  No  puedes  tomar  la  energía  que  rodea  el  cuerpo  e  intentar
                  hablar con ella, sin embargo, esas cosas existen, aunque tengan

                  “un lenguaje propio”, así es el corazón que no depende de un
                  lenguaje porque él es autónomo, es capaz de pensar, decidir y
                  elegir  a  su  antojo,  además  de  ser  capaz  de  comunicarse  en
                  todos los niveles sin tanta dificultad.


                  Te  cielo,  es  lo  único  que  podría  decir  porque  no  tengo  la
                  capacidad de describir ni escribir, mucho menos traducir esto
                  que dice mi corazón, esto que grita tan alto y tan fuerte, esto

                  que yo puedo entender pero que me es imposible de expresar
                  en palabras porque el lenguaje del amor, del corazón, no está
                  hecho para ser leído ni mucho menos para ser comunicado por
   891   892   893   894   895   896   897   898   899   900   901